El paso lento de la segunda de las marchas del 1º de mayo obligó a retrasar en casi hora y cuarto la Cabalgata Anunciadora de las Fiestas de Primavera, la conocida como Batalla de las Flores , que organiza cada año la Federación de Peñas. La circunstancia llevó al presidente de la entidad, Francisco Castillero, a mostrar su malestar por lo que entendió como un "boicot" y a protestar oficiosamente ante el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado (presente en el palco de autoridades) porque se hubiera autorizado dos actos multitudinarios casi a la vez y en el mismo sitio: la Batalla de las Flores (prevista con anterioridad, a las 12.30 horas) y la manifestación, a las 12.00 horas.

"Que más quisiéramos los peñistas que poder dar trabajo", decía ayer Castillero, sin entender por qué la protesta perjudicaba a la Batalla de las Flores y recordando también las cientos de horas que las peñas han dedicado este año a preparar las carrozas, por no hablar de la participación de cerca de 350 mujeres en las 14 bateas del desfile o el medio centenar de peñistas implicados en la organización.

El retraso dio pie a que se oyera todo tipo de comentarios, desde los que pasaban y recordaban que "hoy, antes que nada es la fiesta del 1º de Mayo", o quienes corearon en la protesta "ésta es tu batalla y no la de las flores", hasta quienes miraban a la protesta desde los márgenes del paseo con cierto gesto de reproche. Incluso las redes sociales se hicieron eco del incidente. "Retrasar Batalla de Flores es ETA", ironizaba @lamalgama en twitter.

Sin embargo, no trascendió ni un solo rifirrafe. Tan solo se registró un incidente que no tuvo que ver con el retraso en sí: el de un hombre en la zona donde las carrozas esperaban que, a las 13.15 horas, sufrió un desvanecimiento y fue atendido y trasladado en ambulancia.

Eso sí, durante la espera el paseo de la Victoria era una curiosa mezcla de carrozas esperando, gente aguardando el desfile, manifestación, cargos locales discretamente tras el palco de autoridades, cola para acceder al Mercado Victoria, policías nacionales pendientes de la protesta, locales ordenando el tráfico, turistas, familias de comuniones...

En todo caso, la fiesta dio inicio a las 13.38 horas, abriendo el paso la banda del Cristo del Amor con el clásico Soy Cordobés , tras lo cual comenzaría el combate con 120.000 claveles como munición (la misma cifra que el año pasado) y por supuesto, con el palco de autoridades (presidido por el alcalde, José Antonio Nieto), como blanco principal.