Sitúense. Calle Jesús y María. Justo en frente de la cafetería Serrano y el hotel. Es la Navidad de 1872. Karl Marx y Mijaíl Bakunin han escenificado ya su ruptura y la Primera Internacional empieza a disolverse. En ese marco y en lo que antes era un teatro, Córdoba acoge el que es considerado por algunos historiadores como el primer congreso anarquista del mundo.

Cinco profesores de Historia, vinculados al Centro de Profesorado Luisa Revuelta, llevan cuatro años proponiendo a sus alumnos un viaje por la historia del movimiento obrero en Córdoba, a través de un itinerario didáctico que jalona hechos históricos con enclaves de la ciudad. El sábado, con salida en el Cementerio de la Salud a las diez de la mañana, volverán a hacerlo, pero esta vez abierto al público en general y enmarcado en el ciclo 'Participación con memoria', que organizan la Sociedad andaluza de estudios históricos-jurídicos y la Delegación municipal de Participación Ciudadana, al frente de la que está Alba Doblas.

Miguel Ángel Peña, uno de los profesores participantes, explica que la idea es acercar al alumno a "una historia desconocida, la del movimiento obrero en Córdoba, que, sin embargo, fue muy influyente" y germen de la actual democracia. Con casi una veintena de paradas, el itinerario repasa las luchas obreras y el asociacionismo de la clase trabajadora desde el Sexenio Revolucionario (1868-1874) hasta la Transición (1981) en Córdoba.

Los pasajeros de este particular viaje en el tiempo recorrerán las calles de la ciudad para imaginar, en algunos casos, lo que fue el corralón de la Puerta Sevilla, donde se reunían los trabajadores y donde Pablo Iglesias dio un discurso allá por el año 1916. O por la antigua Casa del Pueblo, en la plaza de la Alhóndiga, donde hoy se levanta un restaurante y apenas una firma da pistas de lo que fue en el pasado reciente: la rúbrica de su arquitecto, Azorín Izquierdo. También pasearán por la Mezquita, sin tener que imaginar o quizá extremando la imaginación (ya se sabe que los polos opuestos se atraen) la huelga de la construcción, cuando era obispo Cirarda o el encierro de los albañiles en el año 81. O la celebración, en el Palacio Episcopal, de un importante seminario de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) a mediados de los 50.

Después irán hasta Romero Barros, donde se ubicó el Centro cultural Juan XXIII, y es también la calle de una de las Sociedades Plateros, foco creado por los masones para ayudar y formar al gremio de la platería; y pasarán por el Alcázar, cárcel de mujeres en la Guerra Civil, entre otros lugares. La misma salida, los muros del Cementerio de la Salud, traerán a la memoria de los participantes los trágicos ecos del golpe de estado y la guerra civil.

Este itinerario se celebra, como hemos dicho, en el contexto de las jornadas Participa con memora, que se han celebrado desde febrero en la Casa Góngora. Se trata de las primeras jornadas de historia democrática, organizadas por la Delegación municipal de Participación Ciudadana y la colaboración de la Sociedad andaluza de estudios históricos-jurídicos. Julián Hurtado, cronista y director académico de esta sociedad, destacó en la presentación del ciclo «la metodología y el rigor científico», por el que han pasado y pasarán ocho ponentes como Luis Naranjo, Antonio Barragán, Julián Vadillo y Rafael Morales, entre otros. Para Hurtado, la sociedad a la que representa «no podía permanecer al margen de un movimiento tan importante como el memorialista».