LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO

GRANADA, 1967

TRAYECTORIA DOCTOR EN HISTORIA POR LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Y CATEDRATICO DE HISTORIA EN LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA. SUS TRABAJOS DE INVESTIGACION ESTAN VINCULADOS AL PODER LOCAL EN LA HISTORIA MODERNA.

Mañana, 26 de febrero, se presenta el libro Los últimos moriscos. Pervivencia de la población de origen islámico en el Reino de Granada (siglos XVII y XVIII), en la Facultad de Filosofía y Letras. Esta obra recoge las investigaciones del catedrático de Historia de la UCO Enrique Soria de que los moriscos, frente a lo que se piensa, no desaparecieron de Granada tras la orden de expulsión de Felipe III, es más, muchos de los que se quedaron ocuparon además puestos de influencia en la sociedad ocultando su origen. Este hallazgo dibuja un nuevo mapa en la historia de España cuya repercusión real aún está por estudiar.

--Esta nueva aportación le da la vuelta a la historia ¿no?

--Modestia aparte, es una aportación muy importante. En teoría tendríamos que coger todos los manuales de historia moderna y arrancar el capítulo y hacerlo nuevo porque, toda esa imagen de que se expulsa a los moriscos es falsa, no porque no los expulsen, sino porque buena parte de esa población se queda. Estamos hablando de cambiar el concepto de historia de España en estos siglos por completo. Es decir, de una población de una unidad cristiana, se pasa a un mundo mucho más complejo. La clave de todo esto es que la corona, cuando expulsa a los moriscos, lo que hace es quitarse un problema político, por muchas razones. Pero una vez que la gran masa ha sido expulsada, no le importa que se quedan miles, sobre todo si es en determinados sectores económicos muy necesarios, siempre que no se sepa, porque las leyes dicen que no puede quedar ninguno.

-- ¿Qué papel juegan estos moriscos en la sociedad?

- Lo interesante es que, en el caso de Granada, como se quedan tantos, estas familias van a ser muy importantes socialmente. De esas filas van a salir párrocos, jueces, regidores de ciudades, médicos, boticarios e incluso nobleza, todo eso ocultando su origen.

--¿Cómo se ha desarrollado la investigación?

--Ha sido una labor muy complicada, mediante la consulta de infinidad de documentos y de una técnica de cruzamiento de fuentes y de una reconstrucción genealógica muy elaborada para poder encontrar ese origen musulman del antepasado que está oculto. También es interesante cómo parte de ese grupo que se queda mantiene sus señas de identidad durante doscientos años, y esto lo consigue casándose sistemáticamente entre ellos. Todo esto saltará a la luz cuando en 1727 la Inquisición de Granada procesa a trescientas personas por herejes e islamizantes.

--¿Por qué cree que ha permanecido, hasta el momento, la idea contraria?

--Porque ellos se tuvieron que integrar muy bien y para ello ocultaron sus señas de identidad. Encuentras un documento en el que pone Gaspar de Baeza y no sabes si es de origen musulmán u otro. Hay que hacer un cruzamiento de fuentes y cuando encuentras que su abuelo o bisabuelo o su nieto ha sido condenado por la Inquisión coges la cadena entera. Todos los documentos están manipulados, por eso ha sido tan difícil y nadie ha hecho nada hasta ahora, porque requiere un trabajo enorme.

--¿Qué le llamó la atención a este respecto para iniciar la investigación?

-- Se conocía la persecución de la Inquisición y la pregunta que me hice un día fue, ¿esta gente de donde ha salido, si no quedaba ninguno?

-- Al margen de ver si se repite en otras regiones ¿cómo puede influir esto en la interpretación de la Historia?

-- Cada uno puede hacer sus lecturas, lo que sí es una aportacion indiscutible es que la historia de España es infinitamente más rica y más compleja que ese modelo monolítico, que se nos había vendido, fundamentalmente durante la época de Franco.

--Esto muestra que la Historia aún tiene mucho por contar...

--Muchísmo, porque queda mucho por hacer y todo por reinterpretar, hay cantidad de datos que yacen en los archivos sin que se investigue sobre ellos. En la época moderna, no hemos visto ni la millonésima parte, y no es una forma de hablar, de los documentos que hay y no digamos reinterpretarlos a la luz de cada época. La historia está viva, como no lo ha estado nunca.

-- ¿Supongo que de esa viveza de la historia se desprende también la necesidad de que la gente la siga estudiando en las facultades?

--Historia es una de las carreras más vocacionales que existen, en la UCO tenemos las aulas llenas, nunca hemos tenido tantos alumnos. Pero además de la carrera en sí, que es lo que te da el instrumento científico, la demanda de la historia es fundamental para la sociedad, una historia contada de otra manera, más divulgativa. No tenemos que ver más que el éxito brutal de algunas novelas históricas, series de televisión o recreaciones teatrales de la historia.

-- Como especialista en el poder local en la época Moderna ¿han cambiado mucho las cosas?

- No tanto (risas). En ciertas cosas, hay una pervivencia enorme, aunque evidentemente no es literal, sí que resulta asombrosa. En algunos ámbitos, un montón de cargos políticos son de origen noble, aunque se desconozca, y en muchos casos se mantiene que la gente vinculada al poder tiene raíces nobles.