Los donantes de médula ósea inscritos en el Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Córdoba se han multiplicado por cuatro en la última década y por más de 20 desde que se abrió este registro en el año 1997. En 1997 había inscritos 112 donantes, en el 2005 ya había crecido la cifra hasta los 656 y el pasado año se quedó en 2.458 efectivos, según explica el técnico de promoción del CRTS, Pedro Muñoz. Solo el 30% de pacientes que precisan de un trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical), debido a una leucemia u otras enfermedades malignas de la sangre, disponen de un donante familiar compatible. En el caso de no existir un candidato en la familia, la ONT-Redmo (Registro Español de Donantes de Médula Osea) busca un candidato en España o en el resto del mundo, de ahí la importancia de que siga creciendo el número de donantes, porque así se incrementan las opciones. Gracias al registro mundial, Paula Castillero, una niña cordobesa de 12 años, que sufrió una leucemia muy grave, encontró un donante en Estados Unidos, ya que en su familia no había nadie compatible.

La jefa de Hematología del Reina Sofía, Concha Herrera, explica que "el procedimiento de trasplante de médula ósea ha avanzado mucho en los últimos años, gracias a la inmunología y a la relación más precisa entre donante y receptor. Ha crecido de forma enorme la posibilidad de encontrar un donante, hasta el punto de que prácticamente cualquier paciente que lo necesite puede disponer del mismo. Además de los trasplantes gracias a hermanos HLA idénticos, ha ido aumentando la opción de donantes no emparentados del registro mundial, los trasplantes de células del cordón umbilical o los donantes familiares no idénticos (haploidénticos) que se encuentran ya plenamente implantados en la práctica clínica habitual". Desde 1981 a ahora el Reina Sofía ha llevado a cabo 626 trasplantes autólogos (a partir del propio paciente) y 816 alogénicos (de hermano, no emparentados o de cordón).

José María López, de 63 años, y Paula animan a la población a hacerse donante de médula ósea. A José María le detectaron en septiembre una leucemia mieloide crónica, que no ha requerido de un trasplante, "pero sí de un tratamiento similar a la quimioterapia que tengo que tomar todos los días, para reducir las plaquetas, que se me habían disparado. El último análisis de la médula ósea ha salido bien. Me encuentro fuerte".