Beatriz Jurado Fernández de Córdoba, estudiante de segundo de Derecho de 19 años, resultó ayer elegida nueva presidenta del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Córdoba, en un conflictivo Pleno que fue impugnado previamente por los representantes de Filosofía y Letras y en el que hubo problemas con el censo electoral. Beatriz Jurado obtuvo 21 votos frente a los 10 que consiguió la otra candidata, Laura Cubero, estudiante de tercero de Químicas, y hubo un voto en blanco.

La nueva presidenta del CEU sustituye a Bernardo Raya, que dimitió del cargo por motivos profesionales, y manifestó ayer tras resultar elegida que seguirá la misma línea de trabajo de su antecesor, con la única idea de defender los intereses de los estudiantes. Beatriz Jurado quiso dejar claro que no tiene ninguna afiliación política y que pretende que el Consejo de Estudiantes tampoco la tenga, ya que, dijo, "la otra candidata ha mostrado su interés en crear un consejo de estudiantes de izquierdas".

ESTATUTOS

Uno de los primeros objetivos de Beatriz Jurado es conseguir que "la voz estudiantil sea una" y, en este sentido, el CEU presentará varias enmiendas al borrador de Estatutos de la Universidad, sobre todo en lo que se refiere a la representación estudiantil, que se reduce; al tribunal de compensación, "en el que los estatutos conceden más voz al profesor que al estudiante" y, a la convocatoria de exámenes, que "vamos a intentar que no corra la convocatoria si no te presentas a la misma".

La otra candidata, Laura Cubero, reconoció que su derrota "era esperable, pero confiamos en el trabajo desde la base, desde los consejos de estudiantes de los centros". La joven, estudiante de Químicas, reconoció que su proyecto era de izquierdas pero eso no significaba "politizar el CEU". Para ella, "politizar es involucrarse en la Universidad, teniendo en cuenta los problemas de fuera". En este sentido, en su programa figuraba su interés por "denunciar y posicionarse ante temas de interés sociopolíticos, como el conflicto contra Irak, la globalización neoliberal, los desastres ecológicos, la ley de cajas, desde una visión social, humana y de izquierdas".

Cubero denunció ciertas irregularidades en el proceso, derivadas de problemas en el censo. Así, dijo, los representantes de la escuela de Belmez no figuraban en el censo definitivo y los de Ciencias de la Educación tampoco. Sin embargo, a estos últimos, la mesa les permitió votar. Beatriz Jurado explicó que la mesa tenía potestad para decidir que sí podían votar al mostrar los estudiantes de Ciencias de la Educación el certificado que los reconocía como representantes del CEU y que no llegó a tiempo de elaborar el censo por problemas técnicos.