El consejero de Educación, Luciano Alonso, dijo ayer que Andalucía no puede poner en marcha en menos de siete meses las nuevas enseñanzas de ESO y Bachillerato y se hará lo posible para que ese efecto "no sea negativo" para los estudiantes de esta comunidad con medidas "paliativas". Alonso asistió a la reunión sectorial presidida por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, para tratar la nueva regulación de las enseñanzas medias, cuyo desarrollo básico aprobó el Consejo de Ministros el 26 de diciembre. Primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato comenzarán a estudiarse desde septiembre próximo.

Según el consejero andaluz, también Navarra se ha unido a las comunidades que han pedido un aplazamiento de la implantación de esas etapas, como ya hicieron Andalucía, Asturias, Canarias y Cataluña, y "todo el mundo reconoce que hay una enorme dificultad en los plazos".

Alonso aseguró que Wert ha indicado que el decreto aprobado apenas tiene cambios en comparación con el que borrador que se presentó a las comunidades en junio pasado, por lo que el consejero se ha preguntado por qué el Gobierno ha tardado tanto en sacarlo adelante, pues de otra forma se habría ganado tiempo.

Alonso añadió que el ministro "reconoce que habrá que hacer un esfuerzo para poner en práctica" la ESO y el Bachillerato. Precisó que, si no hay cambios relevantes, Andalucía no recurrirá el decreto estatal, aunque hay que estudiarlo "con mucho detalle". Insistió en que la reforma educativa ha nacido "sin tener en cuenta a las comunidades".

La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, reiteró ayer que la Junta "tiene tiempo suficiente" para aplicar la nueva ley de Educación (Lomce) y le ha pedido que "deje de poner excusas".