Mira que bien. De pronto, aquella mujer, antigua, no vieja, valenciana, mediterránea, al darme un beso de esos de máquina fotográfica apoyada en un bastón, que se llaman creo, selfies , pues resulta que va y me dice la señora, de la que ni su nombre sé, pero debía: "Señor Medina, huele usted a tomillo y a romero". Como les digo. Así que añadí: "Es que huelo como ese feo, más que feo de la promoción de Loewe". Y añado también de mi cosecha, para justificar tanta delicia: "Lo que pasa, señora, es que también es la 7, que pregona, o pregonaba, Cayetano". "¿Cayetano, pero Cayetano el duque?" "No señora, que le hablo del Cayetano torero, aunque el duque es como si fuera de Córdoba, tiene casa en El Carpio donde su madre, la duquesa Cayetana de Alba, tenía un estudio de pintar, y ahí me pintó el caballo que después me regaló, después de hacerle sus memorias".

Todo para justificar mi aroma, o lo que sea. Para este perol me vendría bien el jazmín, y por supuesto la yerbabuena, que mi madre echaba siempre en la sopa del cocido, y que decía que era de una maceta que le había traído de Córdoba una prima lejana. O sea, olor de Córdoba.

Y además, a propósito de París, que no cesa su sangre, ya hablábamos la semana pasada, recuerdo ahora lo que me dijo don Enrique Ponce (que es académico y por eso el don) cuando corríamos camino del avión por el aeropuerto Charles De Gaulle, hace algún tiempo, y él quiso, tan amable, es un señor, llevarme la maleta, aunque tenía ruedas: "Maestro, que esta valija de usted pesa más que un mulo ahogao...". Me paré y me volví: "¿Y ese dicho, maestro, de dónde viene?". "Es de Córdoba, de un mozo de hotel que nos llevaba la maleta hasta el AVE". Olé en el mundo, que todo se pega, menos la hermosura.

Digo yo que a veces Córdoba se me sube a la cabeza, no solo en el olor sino en el sabor, que para eso nuestro Kisko García mantiene, a cuerpo limpio, su estrella Michelin, sin que por supuesto haya nacido quien se la arrebate.

Eso sí, si vieran cómo me ha gustado ver el nombre de Córdoba en todos los vocímetros de estos días, con el que puede ser presidente, don Pedro Sánchez, que el otro día pasó por Los desayunos de nuestro periódico-. ¡Momento que aprovecho para enviarle a nuestro director, Paco Luis Córdoba, mi enhorabuena por el nombramiento merecido como presidente del Consejo Social de la UCO!

Y que, bueno, que estoy con las mujeres que sufren, a tope, pero a tope, de verdad, y que me gustaría servirles para algo. Ya he dicho más de una vez eso de que "si te quieren, no te pegan". No lo olvides. De amor se muere uno, de otra manera. Así que hay mucho terrorista domestico suelto por el mundo, cariños míos...

Y por otra parte, estoy de acuerdo en que, si hay que ayudar a Abengoa, que se haga con dinero público y que cuenten conmigo, aunque solo con mi colaboración de esta semana.