No lo dudaron ni un segundo. No les importó ni la fuerte corriente del río, ni la fría temperatura del agua, ni la oscuridad de la noche. Estando en la orilla junto al Hesperia, alertados de que una madre y su hijo habían caído al río, David Sánchez Dueñas vio "un bulto" y escuchó a la mujer "que pedía socorro". En un abrir y cerrar de ojos estaba en el agua. Juan Pedro Ruiz Plata se limitó a seguirlo. "No vi a la mujer, pero pensé: donde vaya mi compañero voy yo". Así terminaron estos dos agentes de la Policía Local, de 39 y 36 años, respectivamente, braceando hacia la mujer, alejada de ellos unos 25 metros.

"No le vi peligro al río. Pensé que iban los dos y veía cómo les arrastraba la corriente. No fue difícil llegar a contactar con ella, aunque al cogerla me metió para adentro", recuerda David. Un momento de angustia que alivió Juan Pedro con su rápida llegada. "Vi que se hundían y enseguida los agarré. Le dijimos a la mujer que guardara la calma y se quedó tranquila, colaboró", asegura el agente. Luego, explica su compañero, "tuvimos suerte, porque hicimos pie junto al puente de San Rafael y nos quedamos en una zona de seguridad".

¿Qué decía la madre? "Todo su afán era el nene. Dani, Dani, repetía. Luego supe que el pequeño se llamaba Edgar Daniel. Estaba en shock , con hipotermia, también confusa y a veces incoherente. Ella quería tirarse para buscar al niño", narra David. Fueron momentos de angustia mientras la zodiac acudía al rescate, sobre todo porque en aquellos instantes no sabían qué había ocurrido con el pequeño. "Lo más duro fue no poder sacar al niño", se sincera Juan Pedro. "Si hubiese salido bien, aunque es nuestro trabajo, seríamos héroes, pero no salió todo bien", se lamenta su compañero restando importancia a su acción, que sirvió nada menos que para rescatar con vida a la madre. "El final fue tristísimo", añade. "Nuestro objetivo era salvar a los dos. Lo que hubiéramos querido es sacar también al niño", insiste Juan Pedro.

Ahora, en frío, insisten en que "lo hicimos sin pensar" porque "estamos preparados para ello", aunque la muerte del niño les ha afectado como a cualquier persona. "Es durísimo por mucho que estés preparado psicológicamente", asegura Juan Pedro, que al igual que su compañero acumula 11 años de servicio en la Policía Local. Anoche, 24 horas después del suceso, ambos volvieron a patrullar en las calles.