El primer día de la vista oral del caso Nóos terminó ayer sin sorpresas. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se sentaron una vez más en el banquillo de los acusados; el primer arrepentido, José Luis Pepote Ballester, inculpó en su declaración al cuñado del Rey y al expresidente de Baleares Jaume Matas; y se confirmó la absolución de uno de los imputados, Miguel Tejeiro.

La expectación por la segunda sesión del juicio ha sido menor, pero esto no se tradujo en una relajación de las normas de seguridad. La tanda de interrogatorios empezó con la declaración de Pepote Ballester, ex director general de deportes del Gobierno balear y amigo personal de los que fueron duques de Palma. Ballester fue el primero en alcanzar un acuerdo de colaboración con la Fiscalía Anticorrupción. Y así lo demostró ayer en su declaración, que duró poco más de cinco horas. Ballester cargó contra Urdangarin y Matas, de quienes dijo que "coincidieron en muchas ocasiones sin mi presencia" y a los que culpó directamente de la red corrupta.

Según declaró, la contratación de Nóos por parte de la administración balear se hizo sin ningún tipo de concurso público previo: "Teníamos la orden de contratar a la empresa de Urdangarin". Ballester añadió que estas directrices venían del presidente Matas y que "cualquier decisión necesitaba su visto bueno". Tanto es así, que aseguró que el exmandatario balear le llegó a decir "paga, mi preocupación es ganar las elecciones el domingo" en el Consolat de Mar , la sede del Gobierno balear.

En cuanto a su implicación en la trama, dijo: "Yo no era funcionario público, no era mi cometido revisar convenios y actas", y "no era relevante para mí qué empresas llevaran a cabo los proyectos". El expresidente balear siguió la intervención de Ballester con atención, sentado justo detrás del acusado y tomando nota de sus afirmaciones.

Tal y como explicó el exdirector general, en el 2009 inició las conversaciones para colaborar con la justicia y "esclarecer los hechos", a raíz de su detención por el caso Palma Arena , del cual deriva el proceso actual. Ante las preguntas del Fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, Ballester recordó que una leucemia que se le detectó en el 2010 alentó el ritmo de la cooperación, y que "saquear las arcas públicas nunca fue mi intención".

Gonzalo Bernal, exdirector de la Fundación Illesport que declarará hoy, fue otro de los señalados por Pepote Ballester. Según él, Bernal se ocupaba de redactar las actas de reuniones nunca celebradas de la junta directiva "inexistente" de la entidad. Es precisamente a través de esta fundación que el Gobierno autonómico contrató al Instituto Nóos para gestionar el patrocinio de un equipo ciclista (hasta entonces Banesto). Ballester confesó que la reunión donde se acordó este primer negocio con Urdangarin fue en el palacio Marivent de Palma, donde veranea la Familia Real, "después de un partido de pádel".

LA INFANTA A las 08.50 horas llegaban Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin a la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) de Palma, a pocos metros de la prisión de Mallorca y donde se celebra el juicio por el caso Nóos . Una vez en la sala de vistas, donde esta vez no se permitió la entrada a medios gráficos, ambos se sentaron en la última fila de los acusados. Junto con los demás imputados, escucharon atentamente las palabras de Ballester, que también acusaba a Urdangarin de haber reclamado pagos al Gobierno balear cuando ya no formaba parte del Instituto Nóos.

Justo un minuto después de la infanta e Iñaki Urdangarin entró en el edificio Virginia López Negrete, la abogada de Manos Limpias, que es la única acusación que mantiene su solicitud de condena para la hermana del Rey. Negrete se mostró satisfecha a su llegada por la decisión del tribunal de no aplicar la doctrina Botín a Cristina de Borbón: "El 29 de enero fue un día muy importante para la justicia española. Gracias a Dios, una ciudadana como es la infanta está sentada aquí y siendo enjuiciada por un delito que presuntamente ha cometido".