Sector financiero

El BBVA anuncia al Sabadell su intención de negociar una fusión

La operación, que se ha filtrado en un estado muy inicial, resultaría mucho más cara para el banco vasco que cuando se rompieron las negociaciones en 2020

Sabadell registra un beneficio récord de 308 millones de euros en el primer trimestre, un 50,4% más

Sabadell registra un beneficio récord de 308 millones de euros en el primer trimestre, un 50,4% más / TONI ALBIR / EFE

Pablo Allendesalazar / Agustí Sala

Tres años y medio después de la ruptura de las negociaciones para absorber el Sabadell por no querer elevar su oferta económica por el banco de origen catalán, el BBVA se ha visto obligado a confirmar este martes su intención de "iniciar negociaciones para explorar una posible fusión entre ambas entidades". Al contrario de lo que suele ser habitual, la operación ha trascendido en una fase muy inicial por una filtración en el Reino Unido, donde se ubican los principales bancos de inversión que asesoran este tipo de transacciones. De hecho, el Sabadell ha asegurado que no era consciente de los planes del segundo banco español. La entidad, así, se ha limitado a apuntar que ha recibido "a las 13:43 horas del día de hoy una propuesta escrita indicativa" del BBVA para una fusión. Los detalles de dicha propuesta no han trascendido y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no los reclama, salvo que se produzca una filtración, porque son solo un planteamiento inicial.

La noticia ha sido adelantada por el corresponsal del medio británico 'Skynews" en la City de Londres (uno de los mayores centros financieros del mundo), quien ha indicado que el BBVA ha fichado a los bancos de inversión JP Morgan y UBS como asesores. Poco después ha sido confirmada por el grupo presidido por Carlos Torres Vila, que también ha corroborado que "ha nombrado asesores" para la operación. El Sabadell, por su parte, ha sido más escueto: ha informado de que ha recibido la propuesta escrita de su competidor y ha indicado que su consejo de administración "analizará adecuadamente todos los aspectos de la propuesta".

No puede ser de otra manera: los administradores de las empresas tienen la obligación con sus accionistas de estudiar cualquier oferta de compra que reciban. El banco convocará ahora con rapidez una reunión de su consejo para tomar una primera postura y, en su caso, contratar también asesores. De momento, las acciones del Sabadell han subido un 3,37% hasta los 1,8 euros, mientras que las del BBVA han caído un 6,65%, hasta los 10,175 euros. Ello prueba que la primera valoración del mercado es que la operación sería de entrada más favorable para los accionistas del Sabadell (que con toda probabilidad recibirían una prima respecto a la cotización bursátil de la entidad) que para los del BBVA (que probablemente verían como se reduce o desaparece el exceso de capital del banco con que remunera a sus propietarios o incluso que la entidad tuviera que hacer una ampliación de capital que diluyese su participación).

Un billón de activos

Si la operación saliese finalmente adelante, algo que se retrasaría varios meses, la suma de los bancos daría lugar a una entidad con algo más de un billón de euros en activos totales (antes de los ajustes propios de este tipo de operaciones) y unos 626.000 millones de activos en España. El nuevo banco, así, podría superar por poco a CaixaBank (613.457 millones de activos totales) como primera entidad del mercado español, además de al Santander (468.807 millones en el país, frente a los 452.227 millones del BBVA). También recortaría posiciones respecto al Santader como primer banco español (tiene 1,8 billones en activos totales, frente a los 801.690 millones del BBVA) y podría competir por ser el tercero de Europa tras el francés BNP Paribas y el propios Santander. Por balance, el Sabadell supondría en torno al 22,7% de la nueva entidad resultante.

Como en toda operación de este tipo, en cualquier caso, la cuestión clave es el precio (además del reparto de poder). Si se sigue el modelo de las negociaciones de 2020 y de lo que es habitual en el sector bancario, se instrumentaría mediante un intercambio de acciones, con lo que es fundamental la valoración del Sabadell que proponga el BBVA. Hace tres años, cuando el banco de origen catalán atravesaba un mal momento, el grupo de origen vasco realizó una valoración considerada inaceptable por el Sabadell y las negociaciones se rompieron, según algunas fuentes por una diferencia de en torno a 200 millones de euros.

Mucho más caro

Desde entonces, sin embargo, el valor bursátil del Sabadell se ha disparado gracias al cambio en el modelo de gobernanza (el presidente, Josep Oliú, dejó de ser ejecutivo y el consejero delegado, Jaume Guardiola, fue sustituido por César González Bueno), la reestructuración del negocio y el viento favorable de la subida de los tipos de interés. Las acciones del banco han subido de los 0,302 euros previos al anuncio de las negociaciones en 2020 a los 1,737 euros de este lunes, con lo que el valor bursátil de la entidad se ha disparado en torno a un 452%, de los 1.700 a los 9.400 millones de euros, a los que habría que sumar la prima que pagaría el BBVA. En 2020, el Sabadell esperaba obtener una prima del 30%. De repetirse ahora, supondría aspirar a ser valorado en 12.220 millones, frente a los 2.210 millones de entonces.

La operación, así, resultaría mucho más cara ahora para el banco de origen vasco que entonces, algo que tendrá que explicar a sus accionistas e inversores. Con todo, sus acciones también han ganado valor desde entonces, al pasar de 2,593 a 10,9 euros, con lo que su valor bursátil ha subido de unos 21.160 millones a 63.634 millones de euros, un 200% más. Un elemento clave es que para generar un fondo de comercio negativo con que financiar los ajustes propios de cualquier fusión, el BBVA tendría que comprar el Sabadell por una cantidad inferior a su valor teórico contable (situado en torno a los 2,2 euros por acción, un 22% por encima del cierre de este martes).

Incertidumbres

No son pocas las incertidumbres que pesan sobre la operación. Como es habitual, tanto el consejero delegado del BBVAOnur Genç, como el del Sabadell, César González Bueno, llevan varios años negando tener interés por participar en ningún tipo de fusión. Sin ir más lejos, este lunes y el pasado jueves, respectivamente. En el caso del primero, es una estrategia habitual para no encarecer las operaciones. Pero está por ver cómo de firme era el pronunciamiento del segundo. Por un lado, en el mercado levantó sospechas que el banco decidiese hace unos meses no presentar un nuevo plan estratégico. Pero por otra parte, la entidad tiene una situación y unas perspectivas mucho más sólidas que en 2020, con lo que en principio parece que el precio tendría que ser muy atractivo. El próximo ciclo de bajadas de los tipos de interés, que penaliza los ingresos de los bancos, es en cambio un factor favorable a las integraciones.

Otra incógnita a despejar es si el BBVA estaría dispuesto en esta ocasión a ofrecer un puesto en su consejo a Josep Oliú. En 2020, en el entorno del Sabadell se afirmó que el banco de origen vasco se había negado a conceder al banquero catalán una vicepresidencia no ejecutiva de la entidad resultante por el temor a que Torres Vila fuera imputado por el 'caso Villarejo' y tuviera que dimitir, algo que el BBVA negó. La entidad catalana también se quejó de la falta de "transparencia" sobre la situación de Garanti, la filial turca del BBVA.  

La absorción del Sabadell permitiría al banco de origen vasco crecer en el rentable negocio de las empresas pequeñas y medianas, así como equilibrar el peso de sus distintas geografías (México supuso el 56,5% del beneficio total del grupo hasta marzo, frente al 28,4% de España). Está por ver, eso sí, qué sinergias de costes podría realizar ahora, ya que desde 2020 los dos bancos han aligerado notablemente sus estructuras en España. La fusión contaría en un primer momento, previo al más que previsible ajuste para lograr los ahorros que justificarán financieramente la integración, con una plantilla de 140.776 trabajadores, de los que 41.176 estarían en España (hace tres años, eran 46.365). Además, tendría 3.069 oficinas en el país, frente a las 4.240 de entonces. Otra variable es qué ajustes reclamaría la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC): el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha destacado que es importante mantener una "situación competitiva" en el sector.