Es la ilusión de una nueva temporada. ¿Descenso y temporada nefasta? Eso ya ha prescrito. "Juntos hemos caído, juntos nos levantaremos", rezaba el tifo de fondo norte. Nos pasamos toda la semana (...) preparando todo lo del partido para ver al campeón. El speaker pide al público que se arranque con el que se presupone el grito de guerra de la nueva temporada, acorde con el objetivo marcado por el club: Volveremos, volveremos. Le siguen con cierta timidez.

El Arcángel está a reventar. Lejos de un lleno absoluto, pero con una entrada más que aceptable teniendo en cuenta el éxodo de la ciudad en agosto. En El Arenal ya están las barbacoas y el aroma de las sardinas inunda el coliseo ribereño. No hay ni bocadillos en el descanso. A las 22.30 se va al fútbol ya cenado. Es día de pizza. Al principio se echa mucho de menos la rebeca, luego hace frío.

Sale Guzmán y el cordobesismo le agradece los servicios prestados. Xisco recuerda su mejor versión y pone a la grada en pie. Vuelan bufandas y banderas.

Fidel recupera la ilusión. "Markovic es un máquina. Ya te lo dije". Se escucha por todas partes. El serbio también se deja querer y jalea a la grada. Sí, se parece una exageración a Krhin. Se desata la locura en el estadio. Es momento del público. Toma protagonismo. Convierte cada posesión del Valladolid en una pitada colectiva. Toda presión es poca. Termina el partido. Tres puntos. Ante un gallito. Un aspirante al ascenso. A lo mejor es cierto y resulta que el Córdoba es un firme aspirante.

Cinco minutos han pasado ya desde que el árbitro ha mandado a los jugadores al vestuario. Nadie se mueve. No importa el atasco. Por una noche no pasa nada. La plantilla hace piña en el centro del campo y rompe en comunión con la grada. Desde enero no se disfrutaba de un triunfo así.

Y entre la multitud, Pedro García, alcalde accidental de Córdoba. En su asiento. En preferencia. Con Cordobamanía. Lejos del protocolo del palco tras el veto impuesto por el club en penúltimo capítulo en la polémica por la ciudad deportiva del Parque del Canal. En el palco, "hubiese echado de menos estar en mi sitio". Porque "lo importante era ganar, lo demás, cuentos chinos", sentenció.