Salió al tapiz sonriendo. "La verdad es que no estaba nerviosa, he salido tranquila y con muchas ganas. Tenia ganas de salir al tapiz y hacerlo bien", declaraba Lourdes Mohedano, ayer, a Diario CORDOBA. No importaba la cita, son su primeros Juegos Olímpicos; tampoco su edad, es la benjamina de todos los deportistas españoles que compiten en Londres. Parece que la gimnasta cordobesa esté echa de otra pasta. A cada giro, a cada vuelta, Lourdes se sentía más cómoda sobre el tapíz. Llama la atención que fuera azul, tal vez, como la esperanza sembrada en cada uno de los miles de españoles, que embelesados, fueron partícipes de su magia.

También toda su familia. Su padre, madre y hermano no perdieron detalle y estuvieron como no, apoyándola. Y entre todas las emociones que un debut conlleva, Lourdes también quiso detener el tiempo. En una mirada, oteó de arriba a abajo la grada. "Sí, he visto a mi familia. Tan ilusionada y felíz como yo. La grada estaba a reventar de gente, y muchas banderas españolas apoyándonos y animándonos". Saboreó mil instantes. Comprobó que en la cita más importante del planeta, su clase y su potencial permanecen intactos. Demostró que la presión quedó descartada, y que la ilusión se dispara a medida que crecen las ganas de perfeccionar un trabajo ya bien ejecutado. Para ello, basta que ella y sus compañeras repitan lo hecho en anteriores campeonatos, hoy, en el ejercicio mixto.

Confianza le sobra. Su prudencia contrasta con el descaro que exhibió con la pelota. Una elegancia bordada a mano, de movimientos rápidos pero sutiles, haciendo de la pista un baile que deja al equipo español al acecho de las medallas. "Eso no te lo puedo decir, nosotras vamos a intentar hacerlo perfecto y luego ya que venga lo que tenga que venir. Ilusión y ganas no nos faltan y en garra española nadie nos gana". Palabra de campeona.