Uno de los escollos principales para que Circa XX se ubique en Córdoba es el económico, sobre todo considerando en qué estado se encuentran las arcas públicas. En este sentido, lo que costaría la colección al grupo de instituciones que formara parte del proyecto sería el 2% anual del valor de la colección durante 20 años, una cantidad que Citoler utilizaría en parte para ampliar, según su criterio, la colección actual. Esto se desprende del protocolo de intenciones firmado por la Universidad de Córdoba y Pilar Citoler con el objetivo de "establecer un compromiso entre las partes para desarrollar --y promover con otras entidades públicas y privadas que puedan adherirse-- cuantas actuaciones conjuntas sean necesarias para que Córdoba albergue la colección Circa XX" en un espacio idóneo para su exhibición y conservación.

Este documento, entre otras cosas, también establece que Citoler tenga intervención en la elección de la ubicación de las obras; que mantenga de forma vitalicia alguna forma de supervisión sobre la colección y el espacio donde se instale; y que se asegure la financiación necesaria para su instalación, equipamiento, gestión y mantenimiento.

También establece que la colección, reunida a lo largo de más de 40 años y compuesta por 1.300 obras de arte, se mantenga en el futuro unida como conjunto, así como que sirva activamente para potenciar el conocimiento y el estudio del arte como forma de expresión.