Las mujeres que sufren cáncer, entre ellos el de mama, a una edad en la que aún son fértiles, tienen complicado muchas veces poder tener hijos debido a los tratamientos y a la cirugía a los que se tienen que someter. Sin embargo, en el hospital Reina Sofía han logrado que varias mujeres puedan ser madres a pesar de haber padecido cáncer de mama antes de quedarse embarazadas o durante la gestación. Una noticia positiva ante la conmemoración mañana del Día Mundial contra el Cáncer.

"A las mujeres que se veían afectadas por cáncer de mama durante el embarazo, una situación clínica no demasiado frecuente durante la gestación, se les ofrecía la opción del aborto como salida para poder tratar de forma adecuada su enfermedad. Y las que querían seguir adelante y tener a su hijo no podían recibir tratamiento alguno contra el cáncer con el objetivo de no perjudicar al bebé", señala Juan de la Haba, oncólogo del hospital Reina Sofía. Hace ya 14 años, en el año 2000, profesionales del Reina Sofía se plantearon conseguir que embarazo y cáncer de mama no fueran incompatibles y comenzaron a tratar con quimioterapia a embarazadas afectadas por este tipo de enfermedad oncológica, que es la que más afecta a las mujeres.

Hasta ese momento la poca experiencia que se conocía en este terreno era la de Estados Unidos. "A día de hoy, el número de mujeres que han logrado ser madres en Córdoba (16 en total) a la vez que sufrían cáncer de mama, es de los más altos de España. Y lo más importante es que las pacientes y sus hijos están bien", explica De la Haba. Estas 16 mujeres han tenido que someterse a numerosos controles ginecológicos en la consulta de embarazo de alto riesgo del Reina Sofía. Se les administró quimioterapia por vía intravenosa a partir del primer trimestre de gestación y alguna fue operada para que le extirpasen el tumor o tumores.

De la Haba precisa que si se diagnostica en el primer trimestre de embarazo un cáncer de mama lo más recomendable es combatir la enfermedad con quimioterapia después de que pasen esos 3 primeros meses. En caso de que la enfermedad tenga que ser tratada con radioterapia (tercera arma terapéutica para luchar contra el cáncer, junto a la cirugía y la quimioterapia), como consiste en radiaciones, se aplicaría después de que las pacientes hayan dado a luz, para que no dañe al feto.

El alumbramiento en este tipo de pacientes también tiene que controlarse muy bien y tratar de que se produzca en el momento más idóneo posible. Para evitar el riesgo de complicaciones graves, se le efectúa a la embarazada un seguimiento exhaustivo.

Por otro lado, este oncólogo resalta que investigadores del Reina Sofía, bajo su dirección y coordinado por el Geicam (Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama), junto a expertos de los hospitales Valle Hebrón de Barcelona y Clínico de Valencia, así como del Instituto Valenciano de Oncología, investigan de qué manera se vinculan embarazo y cáncer de mama. "Queremos saber la forma de identificar alteraciones moleculares de ese riesgo, que puede presentarse por el alargamiento de la maduración mamaria. El mayor número de casos de embarazos tardíos puede ser la causa de un aumento de la incidencia de cáncer de mama en mujeres de menos de 50 años. Suelen ser tumores diferentes, porque no tienen receptores hormonales y presentan un crecimiento mucho más rápido. Estudios epidemiológicos realizados en España reflejan que un embarazo anterior a los 30 años disminuye el riesgo de sufrir cáncer de mama, pero si se produce después de los 35 años incrementa la posibilidad de esta enfermedad".