Francisca Padillo es diabética tipo 1 desde los 7 años y quiere ser madre. Por este motivo, está siendo controlada en la consulta de diabetes y embarazo del hospital Reina Sofía. "Las mujeres diabéticas que deciden tener hijos necesitan una adecuada planificación previa al embarazo, de varios meses, para optimizar el control de su problema y reducir posibles complicaciones materno-fetales", señala Rafael Palomares, endocrino responsable de la consulta. Para controlar mejor la diabetes, a muchas de estas pacientes se les coloca una bomba o infusor de insulina. Francisca lleva con la bomba hace unos 8 años. Se trata de un dispositivo, del tamaño similar a un móvil, que se coloca en el abdomen del paciente y que a través de un catéter infunde insulina de forma continua y no dolorosa. No todos los pacientes diabéticos pueden beneficiarse de una bomba, solo los que cumplen los criterios diagnósticos que recoge el protocolo de la Consejería de Salud. Francisca se encuentra muy bien con la bomba. "La tenían que haber inventado antes, te da mucha calidad de vida y libertad de movimientos, aunque debes ser organizada", señala.

Por otro lado, en el Reina Sofía supervisan anualmente a cerca de 200 mujeres con diabetes gestacional (que surge en el embarazo).