La primera comparecencia pública de Rafael Gómez en ejercicio de su cargo de concejal tras la sentencia del caso Malaya no se salió del guión previsible: mal genio, expresiones airadas y agresividad algo desenfocada, pues la dirigió hacia los periodistas que le preguntaban si pensaba o no dimitir tras ser condenado a seis meses por cohecho en el caso Malaya . En su cargo, lo antedicho. En su descargo, que intentó quitarse de en medio cuando, a las 10 de la mañana, se iban sucediendo, como es costumbre, las comparecencias de los portavoces municipales previas al Pleno, en las que avanzan a los medios de comunicación los planteamientos que desarrollarán luego en la sesión.

Por parte de Unión Cordobesa (UCOR) atendían a los informadores Juan Miguel Alburquerque y Aurora Aguilar, y, cuando este periódico le preguntó a Rafael Gómez en el pasillo si iba a hablar o no, contestó "que hablen los que estén libres". Gómez no quería hablar. Hasta que estalló, a su manera algo confusa, para indicar que tendrían que sacar otras leyes, "pues hay gente que también ha hecho cosas" en otros partidos políticos, aludiendo a los imputados de otras formaciones en distintos casos de corrupción que, sin embargo, siguen ejerciendo sus cargos.

LA MARABUNTA "Todos los que tienen problemas en la Junta, en el PP y en el PSOE, que hagan unas nuevas leyes", decía el empresario, y, cuando se le preguntó si no tenía también UCOR esos "problemas", saltó con un "¿de qué estás hablando?, nosotros somos la marabunta, venga ya con los pegos". Y, al más directo "¿vas a dimitir?", contestó: "¿Dimitir de qué? ¿De qué estás hablando? Eso quisieran los otros partidos, pero habrá UCOR por los siglos de los siglos".

Su postura es que "yo no he estado nunca condenado. Desde el día que me cogieron (detenido) hace siete años hicieron daño a 10.000 familias de Córdoba, a 10.000 trabajadores (en alusión al empleo que generaban sus empresas), y el caso Malaya lo que ha hecho es acabar con el bienestar y con los empresarios para que en España haya cada vez más pobres, y sobre todo en Andalucía", añadió. Así que, remató, "¿Dimitir?, ¡Dimite tú!", le espetó a un periodista que insistió en la pregunta.

En cuanto al juicio que tiene pendiente en Córdoba por supuesta desobediencia a un juez, en el que le piden 9 meses de prisión, la pregunta solo mereció un "¿qué dices, hermano?".

"ESPAÑA, EN LA RUINA" Y es que, tras los siete años de instrucción del caso Malaya , periodo en el que el imperio del promotor Gómez se vino abajo, al empresario le es indiferente, o así lo expresa, una condena a seis meses de cárcel. En este sentido, comentaba a este periódico su convicción de que "todo lo que se ha construido en 80 años en España se lo ha cargado el caso Malaya en estos siete años. Malaya ha dejado España en la ruina, sin empresarios, y después de haber estado siete años en el caso Malaya me da igual que me metan seis meses, ¿o no, hermano?".

En cualquier caso, los únicos que le preguntaron a Gómez si pensaba dimitir fueron los periodistas, dado que el grupo del PP pasó de puntilas sobre el asunto, y Juan Pablo Durán (PSOE) se limitó a señalar que "los militantes del PSOE saben que cuando son condenados deben dejar sus puestos institucionales, y Gómez debe de actuar en conciencia", término este ultimo que hubo que explicarle a Gómez. El que sí expresó su convicción de que el presidente de UCOR "como está condenado, debe dimitir aunque las leyes le permitan continuar ejerciendo su cargo" fue Francisco Tejada (IU), al que le llamó mucho la atención que PP y PSOE, que continuamente se exigen dimisiones uno a otro, no pidan ahora la de Gómez.