Ayer tuvo lugar en la caseta de la Humildad, de Montoro, la octava edición de la convivencia del cuerpo de granaderos del Imperio Romano. Este encuentro sirve, cada año, para mantener lazos de unión entre este grupo de amigos, en el marco de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad, que se dieron por finalizadas ayer, poniendo el punto y final al calendario de ferias de la comarca del Alto Guadalquivir. A esta celebración también se sumaron el resto de romanos del Imperio, entre los mandos, miembros del cuerpo de tambores y cornetas, que conversaron sobre sus experiencias a lo largo del año, así como de los nuevos retos que tienen por delante para seguir mejorando año tras año este colectivo, tan importante en la Semana Santa montoreña. Además de enfundarse una camiseta de color granate conmemorativa de este octavo encuentro, los asistentes también disfrutaron de un arroz en la misma caseta, donde también estuvieron los hijos, mujeres y novias de ellos. En dicho encuentro también se dio cita la alcaldesa de Montoro, Ana María Romero, quien destacó a este periódico «el papel tan importante que juegan los romanos en la Semana Santa de Montoro, así como la totalidad de las hermandades y cofradías que participan a lo largo del año encuentros y actividades sociales y solidarias». Durante la jornada festiva, los romanos contaron con la presencia de otros grupos de cofrades, que no quisieron perderse esta tradición, donde conocieron la historia de este grupo de amigos. El Imperio Romano de Montoro está formado por más de quinientos componentes, estructurados en diferentes cargos. Su presencia y protagonismo en la Semana Santa de Montoro es fundamental, siendo uno de los grandes reclamos turísticos. RAFAEL CASTRO