Estrategia europea

Bruselas aprueba la ley para impulsar la producción de chips en la UE

La Unión Europea destinará 3.300 millones de euros a impulsar la industria de los semiconductores, componente tecnológico esencial para sectores como el automóvil o la electrónica de consumo

Oblea de semiconductores de Bosch.

Oblea de semiconductores de Bosch.

Carles Planas Bou

La Unión Europea (UE) avanza para reforzar su autonomía estratégica. El Parlamento Europeo ha aprobado este martes la nueva ley que destinará 3.300 millones de euros a impulsar la industria de los semiconductores, componente tecnológico esencial para sectores como el automóvil o la electrónica de consumo.

La escasez mundial de chips acentuada tras la irrupción de la crisis sanitaria del covid puso en relieve la debilidad de la UE en ese mercado estratégico. La cuota de Europa en la producción global de este producto está por debajo del 10%, algo que la nueva ley quiere aumentar como mínimo hasta el 20% para el 2030.

Para alcanzar ese ambicioso objetivo, la UE quiere crear un entorno favorable a las inversiones y dar más apoyo a las empresas que apuesten por la fabricación de semiconductores. Asimismo, pretende acelerar los procedimientos para obtener permisos y destinar esos 3.300 millones a la investigación e innovación de esos productos.

Con una abrumadora mayoría de 587 votos a favor, el pleno ha dado luz verde a una legislación que los legisladores y el Consejo Europeo ya acordaron el pasado abril. Solo queda pendiente la aprobación del Consejo para que se convierta en ley.

Poderes para la Comisión

La Comisión Europea será la responsable de evaluar los riesgos de este mercado y tendrá la capacidad de aplicar medidas de emergencia en caso que se produzca una nueva crisis de escasez de chips en la UE. Esas medidas van desde realizar compras comunes para los Estados miembro a dar prioridad al suministro de aquellos productos más afectados.

Con esta ley, la UE busca dar un paso adelante para reforzar su posición en el mundo, reduciendo su dependencia de otros actores para impulsar su autonomía. Los legisladores entienden que mejorar la capacidad de fabricación y suministro de semiconductores dentro del club comunitario lo hará más resistente ante otra posible situación de escasez. La producida en 2020 terminó suponiendo un aumento de costes para la industria y los consumidores, pero también ralentizó la recuperación económica del viejo continente.