Ganado: toros de Ana María Bohórquez, bien presentados y mansos; los dos primeros también sacaron peligro. Corrida vacía de todo.

Antonio Barrera: estocada y descabello (ovación); y media estocada (ovación).

Salvador Vega: media estocada tendida y descabello (silencio); y cuatro pinchazos y descabello (silencio).

Matías Tejela: dos pinchazos y estocada casi entera (silencio); y estocada corta (silencio).

Cuadrillas: Juan José Trujillo estuvo bien en banderillas en el segundo.

Plaza: San Sebastián. Media entrada.

No sirvió la corrida. Ni para estar valientes los toreros, ni mucho menos lucidos. Fue un encierro imposible a todas luces. Los seis arrastres, pitados, lo dicen todo. Quizás por esa circunstancia tan claramente en contra todo lo que hicieron o intentaron los toreros tuvo mucho mérito, aunque al término del festejo todavía queda la duda de si fue valorado lo suficiente; por ejemplo, Antonio Barrera.

Estuvo templadísimo y valiente en sus dos toros. En el que abrió plaza, que tomó el capote viniéndose cruzado y saliendo distraído, lo esperó mucho y lo llevó bien con la muleta. El toro no paraba de mirarle, pero él aguantó ahí. Y cuando se quiso rajar, le tapó la salida, robándole los muletazos de uno en uno. Fue faena muy técnica y muy seria, valorada tal vez con cicatería con una simple ovación.

En el cuarto, descompuesto el toro en el capote, Barrera ejecutó un valiente quite por gaoneras. Abrió faena con un pase cambiado por detrás y enseguida el toro se puso sin humillar y corto de embestida. Barrera estuvo en la distancia corta, pues solo cabía el encimismo, posiblemente atropellando la razón, pero era la única manera que tenía de demostrar las ganas y la preparación.

Barrera cerró con unas manoletinas echándose él prácticamente encima del toro. Mató de media estocada y otra vez le premiaron con una fuerte ovación, que sin embargo supo a poco. Muy bien Barrera a pesar de irse sin el reconocimiento de las orejas.

SOLO VOLUNTAD Salvador Vega, con el peor lote, sólo pudo estar voluntarioso con su primero y ni eso en el otro. Vega quiso hacer un toreo bonito con el capote, flexionando las rodillas en el recibo a sus dos toros, meciéndose a continuación en cuatro lances y media en uno y en dos en el otro. Pero uno y otro toro acompañaron lo más mínimo en el último tercio.

El segundo, que echó la cara arriba en banderillas, mironcete y sin humillar, exigía muchos toques para no terminar de pasar. Por el izquierdo, ni uno; por el derecho, medios y muy aislados muletazos.

En el quinto, que se frenó y calamocheó también con la cara por las nubes, Vega abrevió antes. Y en el arrastre del toro, bronca fenomenal, pues a esas alturas de la tarde el disgusto en el tendido había sobrepasado todos los límites tolerables.

Tejela tuvo un primer toro que no se dejó torear con el capote y que empezó a enterarse en banderillas. En la muleta, reservón, frenándose y sin humillar. Tejela se empeñó en pegarle pases pero fue imposible.

Y ya el sexto, que para mayor desconcierto se quedó dormido en el caballo pero acostado sobre el peto, fue el colmo del descastamiento. Tejela tomó la muleta sin ánimo y sin toro, cortando por la vía rápida.