Alerta

España mira de reojo a Francia: "Las chinches no van a ser los únicos insectos que aumenten"

Los expertos aseguran que el escenario está lejos de ser el de Francia, donde se ha producido un "repunte poblacional muy grande"

Aunque sus picaduras no son graves, estos insectos pueden acarrear problemas psicológicos y económicos para las familias que los tengan en casa

Fotografía de una plaga de chinches en Barcelona.

Fotografía de una plaga de chinches en Barcelona. / ELISENDA COLELL

María G.San Narciso y Nieves Salinas

Las chinches son unos insectos de color marrón rojizo y sin alas, del tamaño aproximado de una pepita de manzana, a los que les gusta alimentarse de la sangre de seres humanos de noche. En los años 50, después de la II Guerra Mundial, su presencia quedó prácticamente erradicada, pero ahora ha vuelto con fuerza a Europa, especialmente en Francia, donde ha habido un repunte poblacional muy grande, hasta el punto de que, ahora mismo, tienen un brote. En España, la empresa especializada en plagas Anticimex asegura que las plagas han aumentado en torno a un 70%, pero los expertos llaman a la calma: las poblaciones hasta hace unos años eran realmente bajas, por lo que, hasta cierto punto, el aumento no es preocupante. Al menos, de momento.

Lo lógico es que las plagas vayan a más. "Aquí debemos estar muy atentos, porque no queremos llegar al nivel de Francia, pero no tenemos su preocupación. No hay que generar alarma social", asegura Jorge Galván, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla). Explica que la crisis climática y la globalización son las culpables de este resurgir de los insectos.

Aumento de temperaturas

Tanto los viajes, sobre todo por culpa del contacto de ropa y maleta con las zonas acolchadas, los muebles tapizados o los colchones, que tanto gustan a los chinches, (aunque también pueden esconderse detrás de los rodapiés de los armarios y en otros muebles), como las temperaturas más calidas, están haciendo que proliferen a sus anchas.

"El aumento de las temperaturas provoca dos cuestiones: una, que haya más tiempo con buena temperatura, algo que las chinches aprovechan para reproducirse y, segundo, que esta temperatura sea más alta, lo que acelera su metabolismo y hace que se reproduzcan más veces", asegura Galván. Tampoco el invierno es un impedimento para ellas, ya que ahora la climatización en los hogares es razonablemente mejor que en los años 50.

Por lo general, el cambio climático está favoreciendo que haya nuevos insectos en España, un país tradicionalmente con un clima subtropical. Por ejemplo, Galicia, cuyo clima era limitante para el desarrollo de insectos por el frío, ahora ha visto aparecer el mosquito tigre, una especie a la que le gusta la humedad y que puede transmitir enfermedades virales, como el el zika o la chikungunya. Para ellas, no hay ni profilaxis ni tratamiento. También está cada vez más presente en el Levante.

Por su parte, el avispón asiático (vespa mandarinia), una especie exótica invasora que proviene de la India, ha empezado a colonizar el norte de la península y ya se dispone a viajar hacia el centro.

Cómo terminar con ellas

"En general, todos las plagas que se trataban antiguamente con DDT (un insecticida de segunda generación que se utilizó después de la II Guerra Mundial de forma masiva debido a su bajo coste, potencia y ausencia de riesgo aparente) están aumentando", explica Óscar Soriano, científico titular del Museo Nacional de Ciencias Naturales y del CSIC, que menciona también los piojos.

Desde la primavera, las empresas de control de plagas atienden muchas más llamadas por focos de chinches

El problema con este veneno de insectos, entre otros, es que muchos desarrollaron resistencias. Alejandro Espinoza, responsable técnico control de control de plagas de Gecoplax, explica que desde la primavera atienden muchas más llamadas por focos de chinches. Lo achaca al calor, pero también a esas resistencias. Asegura que ahora no es más difícil acabar con las chinches que antes, pero sí que requieren usar productos distintos a los que habitualmente se utilizaban, rotar artículos o cambiar técnicas para conseguir eliminalas.

El experto recomienda que se fotografíen las picaduras para saber si efectivamente son chinches. A partir de ahí, se pueden buscar pequeñas manchas de color oscuro en la cama, en el canapé, en el colchón o en el somier. Ante cualquier índice, asegura que lo mejor es llamar a una empresa de control de plagas, que realizará de dos a tres intervenciones, con entre 10 y 15 días entre ellas. Lo más habitual es que en 20 días desaparezcan.

A veces, es necesario tirar el colchón y hasta el canapé, de ahí que desaconsejen recogerlos de la calle. Los expertos también recomiendan lavar toda la ropa que haya estado en contacto con los insectos a más de 50ºC o meterla en el congelador.

Un problema psicológico y económico

Pero claro, recurrir a una empresa profesional conlleva un gasto, como cualquier otra medida para terminar con ellas. Óscar Soriano, recuerda que aquella casa donde no tengan recursos suficienes para poner lavadoras con una temperatura alta, como se aconseja hacer con la ropa que ha podido estar en contacto con las chinches, se convierte en un foco.

"Y con ese foco, o se dan ayudas para que la familia deprimida económicamente pueda terminar con ellas, o seguirán sufriéndolas y ampliando el problema a otros", asegura. Así que, ya sea por motivos de solidaridad o por egoísmo, incide en la importancia de dar una solución económica en estos casos. Espinoza también recalca que las picaduras de chinches no conllevan problemas de salud a nivel físico, pero sí psicológico, ya que pican de noche sin saber realmente qué son.

Casos leves

Desde el punto de vista médico, el doctor Eliseo Martínez, coordinador del grupo de epidemiología y promoción de la salud de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y profesor de la Universidad de Málaga, pide calma. "No hay que caer en el alarmismo. La mayoría de los casos son leves y se solucionan con las medidas apropiadas", señala el especialista, dermatólogo en la clínica que lleva su nombre, en la ciudad andaluza.

La presencia de chinches no es algo nuevo ni exclusivo de España, añade el médico. "La diferencia es que recientemente han aumentado los informes que apuntan a un aumento de esta plaga en algunas zonas", como sostienten desde las empresas de control de plagas. "Algunos colegas han percibido un aumento de este tipo de consultas, pero no es algo generalizado ni existe actualmente la impresión entre dermatólogos que estemos ante un brote grave de chinches", indica el especialista.

"Cuando hablamos de plagas es difícil disponer de datos fiables que permitan cuantificar la magnitud del problema", señala el doctor Martínez

¿Estamos en un escenario como el francés? "Cuando hablamos de plagas es difícil disponer de datos fiables que permitan cuantificar la magnitud del problema. Aun así, las informaciones que llegan desde Francia apuntan a un problema de mayor gravedad del que actualmente estamos percibiendo en nuestro país", responde el médico.

Evitar los brotes

El doctor Martínez considera que "los hoteles y otras instalaciones dedicadas al descanso en España tienen un gran nivel y, en su gran mayoría, han adoptado todas las medidas para evitar posibles brotes. No obstante, a la hora de viajar hay algunos consejos que siempre es recomendable seguir".

Así, menciona que al estar la habitación de un hotel u otras estancias con camas para el descanso, es aconsejable "hacer un examen visual en busca de chinches (o heces de éstas) antes de hacer uso de la cama". Además, el equipaje dejarse en el portamaletas de la habitación, alejado de la cama, hasta que ésta se haya examinado y se descarte la presencia de chinches. La ropa usada conviene dejarla en bolsas de plástico selladas para evitar que sean infestadas por chinches, concluye.