Amazon destruye miles de productos cada día en España. Son productos procedentes de devoluciones, que tienen alguna pequeña tara —embalajes dañados o electrónica a la que le falta una pieza— o que no merece la pena retornar al vendedor original porque sale más a cuenta deshacerse de ellos. Muchos están en buen estado. Amazon reconoce que la gestión de productos no vendidos es «un desafío» para todas las empresas y asegura que prioriza su reventa, reciclaje o donación.

La mayoría son artículos electrónicos, pero en las cajas que salen directas a las plantas de destrucción también hay ropa, líquidos, cosméticos y hasta alimentación, según han explicado distintas fuentes conocedoras del proceso a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica. Este medio ha accedido, además, a imágenes de centros logísticos de Amazon con decenas de cajas embaladas y preparadas para destruir.

Como se puede observar, las cajas llevan pegatinas identificativas de DESTROY [destruir en inglés] junto al tipo de producto que va dentro. Los RAEES son, por sus siglas, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Los líquidos y cosméticos llevan las siglas HAZMAT de Hazardous Materials, materiales peligrosos en inglés. El resto son cajas de ropa y cajas mixtas.

Imágenes y testimonios demuestran que se deshace de cantidades ingentes

La empresa no da datos sobre cuántos kilos de producto destruye cada semana. Pero las distintas fuentes implicadas en el proceso hablan de hasta cinco tráilers diarios solo en la Comunidad de Madrid. Amazon cuenta ya con ocho centros logísticos en todo el país: San Fernando de Henares y Alcalá de Henares (Madrid), El Prat, Castellbisbal y Martorelles (Cataluña), Illescas (Toledo), Dos Hermanas (Sevilla) y Corvera (Murcia). Lo que sucede en España no es muy diferente a otros países. La cadena británica ITV News destapó el pasado mes de junio prácticas similares en el almacén de Dunfermline, en Escocia.

En un comunicado enviado a El Periódico de España, la compañía afirma que «gestionar las devoluciones y los productos no vendidos es un desafío, no solo para Amazon sino para todos los minoristas, tanto on line como en tiendas físicas. Nuestra prioridad es revender, donar o reciclar los artículos devueltos, en ese orden de prioridad. Estamos comprometidos a reducir la eliminación de productos que para nosotros -al igual que para otros minoristas- es la opción menos atractiva, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico».

«Amazon destruye a lo salvaje», resume una persona que conoce muy bien esta parte de la empresa y el sector. La destrucción no la hace Amazon, sino que se la subcontrata a una empresa especializada llamada Saica. Saica es una papelera con sede en Zaragoza que tiene una filial de gestión de residuos, Saica Natur, con planta en el polígono industrial de San Martín de la Vega, al sur de Madrid.

La multinacional utiliza una cadena de subcontratas para eliminar el material

Es un lugar rodeado de basura, de pequeños trocitos de plástico y papel que traspasan los muros de la nave. Dentro, una operaria gira la cabeza al responder a cuántos kilos de material destruyen cada día de Amazon. «Muchos, muchísimos». Desde el departamento de comunicación de Saica señalan que «por confidencialidad» no pueden hablar sobre la actividad de sus clientes.

Saica Natur no puede destruir todo tipo de materiales. Los residuos electrónicos y peligrosos necesitan un tratamiento especial. Así que subcontrata a otras empresas. «Colaboramos con varios agentes que garantizan la correcta manipulación de los residuos», confirma la compañía. Saica Natur también tiene planta en Escocia y fue recientemente pillada por la policía del país enviando toneladas de residuos ilegales a China, hecho sobre el que han preferido no hacer comentarios.

Robots que destrozan paquetes en centros de tecnología puntera

¿Qué productos van a la trituradora de Amazon? ¿Qué sucede para que un objeto en buen estado termine en las cajas de destruir? ‘El Periódico de España’ ha reconstruido un supuesto. Rosa (nombre ficticio) trabajó en el departamento de calidad del centro de Amazon en Dos Hermanas, Sevilla. Por sus manos pasaban productos sobre los que tenía que decidir qué hacer: si enviar a destruir o a ‘Damage Land’, el lugar al que Amazon envía los productos rotos, pero recuperables, y que en español se traduce como ‘la tierra de los objetos dañados’. La jerga de la compañía es la misma en todo el mundo. «Cuando algo se rompe o se devuelve, pasa por calidad y se revisa. Si está bien, vuelve. Si tiene algún rayón o sabes que el cliente se va a quejar, las opciones son ‘destroy’ [destruir] y ‘damage’ [dañado]», explica. «Los productos que caen en ‘damage’ se los llevan a Madrid para reacondicionarlos. Los ‘destroy’ son los que sabes que no se pueden vender».

El centro logístico de Sevilla está robotizado, así que un escenario habitual es que a los robots se les caigan productos al suelo, les pasen por encima y los dañen. Los robots, como se puede observar en vídeos sobre este tipo de almacenes, son parecidos a las aspiradoras Roomba y llevan hasta siete palés encima.