El terremoto de 6.3 grados registrado el pasado lunes al sur del Mar de Alborán y que se percibió con mayor intensidad en Melilla ha dañado seriamente a unos 50 edificios, aunque el total de viviendas afectadas por daños menores asciende a unas 500, lo que ha obligado al desalojo de unas 60 familias desde entonces.

El vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma y consejero de Medio Ambiente, Manuel Angel Quevedo, informó ayer de que se han realizado más de 550 estudios técnicos de las viviendas afectadas con equipos multidisciplinares de bomberos, técnicos, arquitectos y arquitectos técnicos de la Administración y privados que se han ofrecido a colaborar. Quevedo ha dijo en rueda de prensa que aún hay pendientes de realizar 400 actuaciones, que son las que los bomberos y técnicos han considerado menores y que se podían posponer ante actuaciones más urgentes.

En estos días trabajan unas 15 constructoras con 45 técnicos --15 municipales y 30 particulares-- en edificios públicos y privados, que han iniciado las reparaciones más urgentes para que se puedan reabrir las instalaciones y espacios públicos y privados cerrados desde el lunes.

Quevedo cifró en unas 1.100 las actuaciones del Cuerpo de Bomberos desde que se produjo el seísmo. Todavía quedan 60 familias desalojadas de sus viviendas por los daños sufridos, de las cuales 38, que suman 135 personas, han tenido que ser realojadas por los servicios sociales de la Ciudad Autónoma.

LA VISITA DEL MINISTRO Ayer sábado, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, recorrió algunos de los lugares más afectados por el terremoto y señaló que está "mucho más tranquilo que ayer" tras recibir información sobre la situación en Melilla.

En rueda de prensa, el ministro señaló que España ha demostrado a raíz de este seísmo que es "una gran nación" por su capacidad de responder a las necesidades de los ciudadanos, "sobre todo en situaciones angustiosas" y por la solidaridad de los melillenses y de otros lugares que "se han volcado" con Melilla.

García-Margallo explicó que el Consejo de Ministros optó el viernes por actuar en este caso mediante un protocolo que será firmado próximamente por el Gobierno y la Ciudad Autónoma de Melilla con el objetivo de "atender con mayor rapidez y eficacia" a las necesidades planteadas en cada momento.

Este protocolo tiene como aspectos importantes un procedimiento ágil para recabar la información de los daños, una gestión rápida de las ayudas para los afectados y un mecanismo de seguimiento de la situación.