Hay socios del FC Barcelona que ya echan humo cuando su club solo recomienda no fumar en las gradas, sin llegar a la prohibición, que será el siguiente paso si la asamblea de socios lo apruebe en verano. Algunos culés fumadores se consideran perseguidos, ahora también en un espacio abierto como son las gradas del Camp Nou, donde su cigarro "contra los nervios" o el puro "de toda la vida" siempre han formado parte de la liturgia de un partido de fútbol. Y los otros espectadores, los no fumadores, siempre han aceptado ese humo resignados, como una costumbre tan imposible de erradicar como la de ir masticando pipas.

La directiva del Barça no cree que la campaña para que no se fume en todo el estadio que iniciará el próximo partido en casa, dentro de dos semanas ante el Almería, provoque tensiones entre fumadores y no fumadores. "Ese debate, desde hace tiempo ya está en la calle. El no fumador es más consciente de que puede pedirle al otro que deje de fumar", explicó ayer el directivo azulgrana y médico Jordi Monés al presentar la campaña Camp Nou sin humo, gracias . Y el presidente, Sandro Rosell, añadió: "Los propios fumadores piden cada vez más permiso a otros para fumar. Si voy con mis hijos al campo, pediré al de al lado que deje de fumar". Intentará hacer el Barcelona mucha pedagogía en los próximos meses para que la asamblea de socios compromisarios secunde su petición de prohibir el tabaco por completo en todo el Camp Nou. "Y si no se prohíbe, seguiremos recomendando no fumar", dijo Rosell.

Mientras que el tabaco ya está vetado desde el 2007 en los estadios ingleses, en España depende de los propios clubs si lo prohíben o no en sus recintos. Para defender su tesis, el Barça se basa en datos sobre los muertos por el tabaco, y sobre todo entre los fumadores pasivos.