Reducir el consumo de agua es ya una necesidad a la vista de la escasez de agua. El consumo medio por persona y día en España es de unos 240 litros de agua.

Para ahorrar agua, a las campañas institucionales se suman ahora nuevos grifos diseñados para gastar menos. "Permiten ahorrar más de un 50% con mecanismos sencillos, económicos y fáciles de instalar. Con algunas soluciones no hace falta ni cambiar el grifo", dice Javier Cases, jefe de producto de Roca.

Entre las soluciones que permiten ahorrar están los sensores de presencia, que se instalan en el grifo y hacen que éste sólo funcione cuando se detecten las manos. Los sensores funcionan con pequeñas baterías en el interior del grifo. Lo más nuevo es que las baterías sean solares, para que el grifo se alimente de la luz ambiente y las pilas no se acaben en un mal momento. El uso este tipo de grifos (el sistema más caro del mercado, desde 300 euros) puede ahorrar hasta un 80% de agua.

Otra solución muy usada en baños públicos es el grifo temporizado, que sólo funciona un tiempo programado. Algunas marcas ya los venden para su uso en casa. Si la regulación es la correcta, permiten disminuir el consumo en un 40% (desde 200 euros). Una tercera opción es el control de temperatura (grifería termostática, unos 150 euros). El ahorro de agua --alrededor del 50%-- se logra porque el grifo da la temperatura deseada desde que se abre y no se desperdicia ni un litro, como ocurre en la regulación manual mientras se espera conseguir los grados deseados. Algunos modelos impiden que las calderas sólo se disparen a partir de un volumen de agua.