Salía de trabajar y me permití el fácil súper lujazo de tomarme una caña al sol en el bar que está enfrente del juzgado de Guardia, «el Gótica» donde tan bien curran. Y estando con la caña puesta, vi en la puerta del juzgado de guardia, a un porrón de gente con silbatos del colectivo de limpiadoras que pedían mejores condiciones. No entendían que ese lugar no era el indicado porque allí hay madres llorando porque sus hijos están detenidos y entonces el ruido que hacían era una especie de doble condena. Pensé que a lo mejor nuestra democracia se había vuelto una protestona ante quien no tiene la culpa como medio de presión. Todo este mes solo he visto debates de una Reforma Laboral que según dicen dará mejores condiciones a los trabajadores a costa de los inquisidores contratadores pero que creo que a los pequeños y medianos empresarios, que también son trabajadores con la diferencia que trabajan y dan trabajo, esta reforma los toma por extraterrestres. A ello unimos que los pensionistas también quieren más. Los mayores dicen que han estado cuarenta años aportando parte de su sueldo al estado para que les quede su paguita y que, si no les sube, les están robando. Hombre, tanto como robar no sé yo porque lo cierto es que durante esos cuarenta años, si se dieron de baja se les pagó, si quedaban en el paro se les pagó y lo que es más importante, disfrutaron de las prestaciones del estado social como sanidad, educación, carreteras etc. Así que, como mínimo, que la gente proteste pero que no moleste a quien no tiene que soportarlo. Y para rematar mi opinión entro en el TikTok ese y me veo un matrimonio de abuelitos cubanos bajo el temor de que el dedo deslice el móvil y no se les vea, que protestan que no tienen nada en el frigorífico, si acaso un cazo de leche y un trozo de carne para todo un mes y que todo eso debe ser para la nieta que tienen en brazos. Entonces una enorme tristeza se me apoderó. ¿Que nos está pasando? ¿Es que no nos acordamos de los años cuarenta donde el principal proyecto de la mayoría del pueblo español era conseguir no acostarse con hambre de inanición? ¿Cómo podemos ser tan incomprensivos con el empresario pequeño ¿Cómo podemos presionar así al estado social? ¿Acaso creemos que los recursos se multiplican por sí mismos? Sé que hay empresarios que tienen tela. Sé que hay condiciones laborales que pueden mejorarse. Pero eso es una cosa y otra intentar quedarnos con todo sin pensar en el otro o en el que viene. Tenemos que ser conscientes que España no da para más y que si seguimos tirando es porque la deuda pública llega a los cielos, pues de lo contrario el país hubiera quebrado. Y hubiera quebrando porque no tenemos la conciencia colectiva necesaria para cuidar lo que con tanto esfuerzo hemos logrado. Más que una reforma laboral precisamos una reforma educativa. Y ser muy felices con una caña al solecito.

** Abogado