A un político regido de veras por convicciones y creencias -como querría pensar que es el caso de Joseph Biden- hay que exigirle siempre más rigor y decencia que al guiado por el simple oportunismo. Por eso resulta desoladora la condena por el presidente de USA de las atrocidades de los «exploradores europeos» respecto de las poblaciones indígenas y su cultura. Debemos recordar que la llamada «Conquista del Oeste», jalonada por una sucesión de guerras parciales y acciones incontroladas que acabaría aniquilando a las «naciones indias», tuvo lugar sobre todo después de la independencia de los Estados Unidos (Declaración de 1776, Constitución de 1788). Por tanto, fue su propio país el principal responsable del casi exterminio indígena y la práctica destrucción de su cultura y modo de vida. Esa falta de respeto a la verdad puede deberse a ignorancia o a hipocresía. No se sabe que es peor.

 ** Periodista