Es necesario septiembre. Son necesarios su humedad y ese fresco mañanero que se empieza a asomar con curiosidad a vuestro andar camino de clase. Septiembre quiere comprobar cuánto habéis crecido en el verano, quiere medir el moreno de vuestra piel, evaluar los índices de alegría ante el reencuentro con los amigos, septiembre necesita mostrarse para deciros que él sigue ahí al igual que vosotros. Septiembre es necesario en esa vuestras vida que renace, a empujones de septiembres sucesivos, a otra vida, quizás más dura pero igualmente necesaria, la de la autonomía personal y del despertar a definitivos sentimientos y sensaciones. Los años os llevarán luego por nuevos septiembres a otros segundos y terceros pasos, pero éste de ahora siempre os acompañará, como os acompañarán siempre los juegos, las primeras discusiones balbuceantes de fútbol o las miradas que aún no entendéis, porque si la patria es la infancia, la infancia es la sucesión húmeda, fresca e inquietante del álbum de septiembres que tendréis que ir completando con sus cromos olorosos de tierra mojada y soles picones que tampoco saben por qué siguen picando.

Hay caminos gozosos que se recorren casi siempre con un corazón hermano al lado, son los caminos que pone septiembre ante vuestros pies hacia el colegio o el instituto y que surcáis con la inseguridad de barquitos en busca del puerto seguro de la amistad y el aprendizaje. Es necesario septiembre, que es sólo el puente entre los barquitos y los aviones de papel, y los buques y aeroplanos que os llevarán un día a destinos ahora insospechados; y es necesario porque sin estos caminos que se recorren a tientas a finales de verano -cuando el verano ya es un chiste de mentira- será luego imposible surcar mares tenebrosos y lagos apacibles. Sí, la patria es la infancia y septiembre es su profeta, el heraldo que anuncia las noticias, que sean buenas o malas dependerá de que esas otras manos ya arrugadas que os llevan al estudio sepan infundiros la maravilla de la curiosidad y la droga del esfuerzo y la excelencia. Nada hay mejor en la vida, y cuando lo sepáis, comprenderéis por qué es necesario septiembre.

* Escritor | @ADiazVillasenor