Mientras que en España los medios culpaban a los videojuegos de las agresiones homófobas, Tokyo lucía orgullosa bandas sonoras de múltiples títulos (como Final Fantasy o Dragon Quest, entre otros) en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, dejando a la comunidad gamer con los ojos como platos y los pelos de punta. De esta manera, Japón constataba que cuenta como una de las industrias más potentes a nivel mundial y daba reconocimiento a los videojuegos dentro del mundo de la cultura, algo que quedaba pendiente y que la comunidad gamer anhelaba. Fue Tokyo quien dio esta lección a nivel mundial al poner el foco en los videojuegos situándolos como un arte más, al mismo nivel que la literatura, el cine, las artes plásticas y audiovisuales....

Probablemente no hubiera escrito este artículo si no hubiera conocido a mi pareja, que consiguió ir derribando poco a poco mis recelos con los videojuegos, porque nunca me habían interesado –sí, yo no tuve ni una game boy ni ninguna videoconsola, eso no era para mí–. Ahora, décadas después, he descubierto en ellos un mundo apasionante y bellísimo, con escenas e historias tan potentes como si de una película se tratase. Agradezco muchísimo que Manu haya sabido convertir mi no rotundo en ilusión por jugar determinados títulos juntos, especialmente los más próximos a las visual novels. Y, como buenos consumidores gamers, contamos con una maravillosa colección de vinilos de bandas sonoras de videojuegos (de ahí que no se nos pasara este aspecto) y libros de arte de los mismos.

Así que la Ana de 30 años luce orgullosa una Nintendo Switch en el salón, una ventana a un mundo de inspiración al acecho en cualquier instante. Si me lo hubieran contado hace 10 años, no me lo creería pero qué bien que haya roto este veto, porque he ganado conocer nuevas narrativas visuales y recursos diferentes para contar una historia.

¡Ah! Y, por supuesto, no habría sabido nada de la inauguración de los Juegos Olímpicos Tokyo 2020 –porque no me interesa el deporte– si no fuese por la banda sonora de la misma. Rompamos los prejuicios y hagamos porosos los muros que levantamos ante cualquier arte; no juzguemos antes de conocerlo.

* Escritora