1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. 2. f. Estado o condición de quien no es esclavo. (...) 5. f. En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.» Libertad, la palabra del momento. Condición de dignidad inalienable a las personas reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un derecho fundamental en la Constitución Española y uno de los principios fundacionales de la Unión Europea.

Es lo que pedíamos a voz en grito, cantando, con las manos pintadas de blanco, durante el secuestro de Miguel Ángel Blanco (diputado del PP) en el Gobierno de José María Aznar. Eso es libertad, no estar de cervezas a un precio medio de 3,50€. Ningún partido político tiene derecho a apropiarse de términos tan importantes como este y desvirtuar su significado con populismos. Eso es una aberración al lenguaje, un crimen lingüístico que no será reconocido por la anquilosada RAE. Por eso lo denuncio hoy.

Madrid no es libertad. Madrid es prepararse la comida del día anterior y salir con el tupper de casa por la mañana y regresar 10 horas después después de una jornada laboral extenuante, tener que hacer malabares con el transporte público para no llegar tarde, tener que cogerte media jornada para poder criar a tu hija mientras tu sueldo se va en pagar la guardería por no renunciar a tu carrera profesional. Ese lugar con prisas que para muchas no es hogar.

Poner hojas de reclamaciones para que te atiendan en la Sanidad Pública, movimientos sociales independientes que llaman a la dignidad humana como el Orgullo Loco o el Orgullo Crítico (como anteposición al institucional, ya establecido como reclamo turístico), centros de salud mental con grupos de apoyo, librerías feministas que sobreviven como pueden. Es una concentración para denunciar los asesinatos en Colombia y un grupo de mujeres que acampan en la Plaza del Sol para visibilizar la violencia machista. Madrid es todo eso.

Es el París de muchas artistas, esa ciudad en la que empezar de cero y convertir en tu casa. Es el templo de Debod iluminado una noche de verano al fresco, una nevada repentina, la mayor oferta cultural del país, Madrid Río y los atascos de la M-30, los nuevos barrios como Valdebebas, ‘Un día en el parque’ de Love of Lesbian con mis sobris, jazz en el Barrio de las Letras, mis panaderos. Madrid somos nosotras. Y la libertad algo intrínseco a nuestra condición humana.

* * Escritora y periodista