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José Nevado T.

El discurso roto

La imagen de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados, Unidos, Nancy Pelosi, rompiendo con reposada determinación el discurso que acaba de interpretar el presidente Trump, más que una reveladora imagen de la quiebra institucional y política a la que el republicano lleva a USA, es una obra de arte. El gesto de la política demócrata en ese espacio de poder tan especial se le debía de haber ocurrido hace meses a un pintor conmocionado, al performan inquieto o al grafista de The New York Times.

Es una explicación universal (al alcance de todos) de hasta dónde lleva la fractura del mundo esa caterva de furiosos derechistas y narcisistas que se vienen quedando con enormes parcelas de poder del globo en su momento más más agitado de los últimos cincuenta años como consecuencia de la globalización, que nos trae la desigualdad, y los efectos fulminantes de las tecnológicas, que trastocan la vida de los hombres tanto como les inquieta el cambio climático.

Proyecta, no obstante, mil mensajes más y genera multitud de preguntas. Tras la inmediata evidencia de ruptura total entre demócrata y republicano, se advierte también que aún existe alguien con poder (una mujer en este caso) con la determinación política y el coraje de decir «no» sin palabras: un ras ras y a la papelera.

Algún esperanzado, entonces, habrá podido pensar que la democracia aguanta a pesar de todo; que el pulso con el bruto se mantiene; que aún hay esperanza. Porque también, y más cerca de nosotros, la canciller Angela Merkel, que poco a poco viene haciendo mutis por el foro de la política, pero que no por ello está dormida, mandó parar a sus conmilitones que habían acordado formar gobierno en el land de Turingia con la extrema derecha y otros. Sí, la canciller se irá sin dar una gota de agua a los ultras, su tozudez en esta materia también es alemana.

Mucho más cerca aún, en Barcelona, el presidente Pedro Sánchez y Torra, ofrecieron un recital de savoir faire en la visita que el primero realizó el jueves 6 al Palacio de la Generalitat. Ambos encabezarán una mesa de diálogo, contra todo pronóstico, y sobre todo contra el rechazo más absoluto de los partidos de derecha y la extrema derecha que no parecen ver en los separatistas catalanes a hombres y mujeres con otras ideas e intereses, sino hijos de otra especie de nombre impronunciable.

Si, la democracia continúa resistiendo aun cuando en Madrid, al menos, se vienen abriendo los salones de la pluralidad a los líderes de Vox como si fuera un partido democrático más. La opinión, no obstante, continúa dividida, pero Abascal, Espinosa de los Monteros, Monasterio e incluso Ortega Smith, el tirador, ocupan tribunas de gran visibilidad y prestigio, y hasta en restaurantes de la zona nacional madrileña comparten café, palabra y risas con antiguos socialistas que despotrican contra su partido desde que hubieron de abandonar las poltronas. ¿De qué hablarán?

* Periodista

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