No es de recibo, ni legítimo, ni democrático, ni de un Estado de Derecho, ni casa con los derechos humanos, que el presunto intento de asesinato de un policía local en Punta Umbría les salga casi gratis a los agresores. ¡No! Así, como está ocurriendo, estamos importando toda la delincuencia mundial.

Hay que perseguir el delito y al delincuente con todos los medios habidos y por haber, hasta su extinción. ¡Siempre! Y eso comienza por apoyar y dotar de todos los medios necesarios a nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado, que por un miserable sueldo se juegan la vida. ¿A dónde vamos por este camino? Claro que otro gallo cantaría si ese trabajo tuviera que hacerlo la casta política. ¡Seguro!