En menos de medio mes, exactamente 11 días, estamos de nuevo frente a las urnas para votar algo que nos gustaría fuese una realidad, tener un gobierno estable y que gobierne sin sobresaltos, ni corrupción, con transparencia y sobre todo pensando en el bien de todos los ciudadanos, no solo en ellos mismos.

Durante la campaña veremos más de lo que vemos siempre, nada nuevo, todos buenísimos, bajan los impuestos, luchan contra esto y dan todo lo de mas allá, es decir, pura demagogia para satisfacer los oídos de todos aquellos que se lo crean. El problema radica en que mientras que la población envejecida es más fácil manipularla, la juventud pasa de todo y los de en medio están hechos un lío, esto va a ser el puerto de arrebatacapas. ¡Sálvese quien pueda!, debería ser el eslogan de ahora en adelante.

Lamentablemente es una pena tener que tomar a chanza una cosa tan seria como es el avance de un país, en situarnos a la cabeza dentro de la Unión Europea y en el reconocimiento a nivel mundial que se merece esta nación. No sé si por las influencias que nos dejaron las invasiones germánicas que precipitaron el final del imperio romano rompiendo la organización política y administrativa, si por los bretones, africanos, sirios y griegos, judíos, los visigodos, musulmanes, por las tantas culturas que hemos tenido y sufrido, el hecho es que tenemos una idiosincrasia tan particular que, en vez de avanzar, retrocedemos; se nos debió quedar impregnado lo malo en vez de lo bueno de cada uno. La ciencia avanza y por ahí nos salvamos un poco, pero damos un paso adelante y dos atrás, y claro, así no hay manera, si cuando un partido gobierna en vez de mejorar lo que hay se dedica a destruir lo que hizo el anterior, pues no se adelanta, estamos siempre en el punto de partida, dando que hablar a los de afuera y volviendo locos a los de dentro.

¿No podrían ponerse de acuerdo de una vez por todas los políticos sentados y los que se quieren sentar y pensar en todos los españoles en vez de en ellos mismos y en sus partidos? En vez de marcar líneas rojas, marcar líneas verdes y remar todos en la misma dirección aunque cada uno tenga sus peculiaridades. Copiar de los países avanzados y pioneros en una democracia directa, en aquellos en los que conviven varias culturas, religiones y lenguas, sin ningún problema, porque miran unos por los otros y quieren la paz para todos; los que pasan el gobierno de un partido a otro pero siguen la misma meta aunque lleven ciertas diferencias para alcanzarla; es fundamental aunar ideas y conceptos a favor del bien común, unificar asuntos tan esenciales como la educación, justicia y sanidad y sobre todo cumplir y hacer cumplir las leyes en todo el territorio español. Las diferentes varas de medir que actualmente se han establecido, unos por exceso lo practican y otros por defecto lo permiten, es algo a erradicar de inmediato antes que la bola vaya creciendo más de lo que va, como las de nieve, sea cual sea el partido que gobierne, sea en solitario o en coalición.

El babel político actual que tenemos, consecuencia de no querer reconocer o ignorar los errores históricos que hemos padecido, nos hace vivir al filo del precipicio temiendo dar un resbalón, caer, o despeñarnos literalmente. ¡¡Jesús, que estrés!!

* DUE