No cabe duda de que convendría restablecer rápidamente la confianza política por parte del Ejecutivo de José Antonio Griñán y del PSOE de Andalucía, puesto que, de no hacerse así, más pronto que tarde estaremos en riesgo electoral bien cierto; de ahí que se convoque al partido de los socialistas andaluces a una renovación que no puede ni debería quedar tampoco en mero maquillaje electoral de cara a próximas convocatorias. Reforma a la que Izquierda Socialista desea contribuir también desde el comité director del PSOE-A, donde se halla representada por la socióloga María José Sáez y por José Antonio Pérez Tapias, diputado granadino en Cortes y profesor titular de Filosofía de la UGR, como miembro del comité federal que es y quien en el último congreso extraordinario andaluz puso voz a la corriente, encabezando la delegación de la que yo mismo formé parte con otros siete compañeros tras años de ausencia formal de la misma en un congreso regional.

Todos sabemos que la rica tradición socialista no es monopolio de nadie y a ella, desde hace tres décadas, IS contribuye poniendo el acento en la necesidad que tenemos de avanzar hacia una democracia participativa, reforzada desde el punto de vista de los trabajadores, pensionistas, inmigrantes, parados y jóvenes que buscan una ocupación, y donde la laicidad sea un hecho coherente con nuestra democracia, que habrá de trabajar por una España federal, en la que consecuentemente desembocará el tratamiento de su pluralidad, a través de la profundización en el Estado de las autonomías. Y acentuando, igualmente, la necesidad de acompasar economía y ecología, tomando ambas muy en serio, precisamente para poder articularlas en el desarrollo sostenible, tal y como algunos desearíamos para nuestra región. Y convencidos a la vez de que el PSOE es un partido de la memoria desde la que se aborda nuestro propio futuro, sinceramente, nos preocupa y mucho qué significa ésta, no solo en el plano de las ideas, sino en el de las prácticas, sobre todo, en el ser socialistas aquí y ahora a comienzos del tercer milenio en esta tierra nuestra que tanto aportara a la historia común de España.

Por ello, conscientes de lo que tenemos por delante, hicimos hincapié en el congreso extraordinario en la necesidad del cambio que hay que hacer. Así, y de la misma manera que decíamos entonces, que había que llevar la contraria a la crisis y, cómo no, a la derecha también, decimos ahora de igual modo que convendría llevarla a quienes solo nos proponen innovar para que todo siga igual. Ese no debería ser jamás nuestro caso, ya que hay que evolucionar en profundidad para responder a lo que de verdad nos demanda la ciudadanía andaluza, sobre todo, con el fin de responder a las expectativas de los trabajadores. Si apoyamos la candidatura de Griñán para la secretaría general del PSOE-A fue precisamente por eso, por pensar que pudiera ser la persona idónea para llevar adelante el proyecto, habida cuenta de lo que conocemos acerca de él, no solo por sus dichos, sino también por los hechos. Sinceramente creemos, por ejemplo, que nuestro actual secretario general está comprometido con la educación o la sanidad pública, a lo que le añadiríamos también la necesidad de que se refuerce ahora la dimensión pública de nuestro actual sistema financiero. Confiamos en su apuesta por el desarrollo sostenible en la región y por seguir contribuyendo desde este viejo territorio peninsular a la profundización y puesta al día del Estado autonómico, en la dirección federal en la que desde IS pensamos se debería hacer. De igual modo, sabemos de su empeño por la dignificación de la política, habiendo hecho frente desde su posición ideológica tanto a neoliberales como a neoconservadores, quienes contribuyen a su deterioro. Sin duda, hará falta poner freno a las campañas interesadas que tanto desprestigian lo político, a lo que colaboran las actitudes de algunos cargos públicos de nuestra propia comunidad y de otras más.

Desde IS se piensa, recogiendo sus propias palabras manifestadas por el profesor Pérez Tapias, quien llegó a decirnos que habría que proceder desde este mismo instante a la movilización permanente del partido, con el fin de ponerlo a la altura de las circunstancias, y no solo para hacerlo funcionar como cauce de participación democrática entre la militancia, es decir, como espacio de debate, sino como un medio más para conseguir ese apoyo de la opinión pública como paso necesario para ganar con los votos el apoyo de la inmensa mayoría de la ciudadanía, que es lo que algunos de verdad querríamos lograr en próximos comicios.

Es hora, pues, de plantarle cara a las dificultades y de decir bien alto y claro que para Andalucía aún hay una agenda progresista válida, donde predominan valores de libertad, igualdad y de responsabilidad, muy a pesar de que, a veces, bien pudiera parecernos justamente todo lo contrario.

* Catedrático