pSOCIEDAD
nUniformar a hombres y mujeres N
***Rafael Poyatos Bojollo
***Córdoba
m
Desde hace tiempo se va observando un estúpido afán de uniformar a hombres y a mujeres en todo, sin respetar el lenguaje multisecular del que, por otra parte, nos sentimos celadores ante modismos extranjeros.
Curiosamente, y ya dados a igualar, no comprendo todavía el que los políticos comiencen sus discursos diciendo "ciudadanas y ciudadanos", sin preocuparse de igualar los sexos diciendo la siguiente vez "ciudadanos y ciudadanas" y así ir alternando, rigurosamente (quizás necesiten un apuntador para ello) el orden de sexos.
Por otra parte, tampoco comprendo que alguien pseudoprogre se refiera a un varón como "una persona" en vez de "un persono". El respeto al prójimo sin estimar el sexo consiste en otra cosa mucho más real y mucho menos literal.
Pero lo que más tristeza me ha dado es que las mujeres que se dedican a la poesía hayan aniquilado una de las palabras más poéticas, "poetisa", por ellas considerarse "poetas". Tengan cuidado que, algunas veces, el rigor lleva a la irrisión y, como muestra, no de enfado, sino de cariñoso toque de atención, ahí va también mi poesía.
Aborrezco ser poetisa/ y, aunque no use bragueta,/ me decido a ser poeta/ aunque al macho le de risa./ Reivindicaré deprisa;/ mi destino no es dar teta/ ni darle a la calceta,/ ¡quiero llegar a Papisa!/ Papisa... ¡qué palabrota!/ Y aquí comienza el drama/ que mi razón tiene rota/ pues, para llegar a ser mamá,/ antes seré ¡sacerdota!/. Firmado: un poeto.
pFAMILIA
nMi pequeña gran amiga Anabel N
***Lourdes Rojas Bernier
***Córdoba
m
Hará un mes, fui a una boda donde todo podría ser normal como todas las celebraciones de este tipo, pero en esta en concreto había una niña especial: se llama Anabel.
Estaba preciosa sentada en su silla también especial pero bailó y se movió por una nube de amor que la irradiaba, su tía la novia vestida como tal le dio su cena, sus abuelos, sus primos, los amigos, y como no sus padres que desde que nació le han dedicado todo su cariño, tiempo, alegría y sonrisas, sus lágrimas muy pocas veces las he visto, por eso deseo dedicarle esta carta a las personas que están junto a ella haciéndola una niña perfecta dentro de una vida imperfecta pero a la que lo más importante no le falta amor.
En un mundo deshumanizado te quedas maravillado de ver todos estos detalles que hacen grande muy grande a una familia y excepcionalmente para una muñeca de ojos negros vivos que cuando miran te dicen papá, mamá os quiero sois maravillosos y ella aún más porque esa magia la contagia a todos los que están a su alrededor.
Por ti y para ti por el coraje y amor que veo cada día son mis palabras, eres la mejor amiga que tengo con 9 años porque nunca te fallará. Te quiero Anabel.