Seis días después del anuncio de la suspensión de la actividad aérea de Flysur, el consejero delegado de la compañía Taer Andalus, Eduardo Gavilán , ofreció ayer una conferencia de prensa para explicar las causas de la decisión. Y si ya fue difícil de entender el anuncio en su momento, otro tanto lo es aceptar ahora el motivo: la falta de una torre de control, y más aún la condición exigida para el posible reinicio de la actividad: que la empresa pública AENA anuncie una fecha concreta para la construcción de dicha torre. La excusa del responsable de Flysur parece difícil de entender, puesto que su compañía ya conocía al iniciar los vuelos la situación del aeropuerto cordobés y poco se ha podido realizar en algo más de un mes de actividad.

Dejar la pelota ahora en el tejado de AENA lo único que demuestra son los indicios de una mala planificación empresarial, a la vez que se da a entender que puede haber otro tipo de causas de las que no se habla, lo que incidiría de nuevo en la cuestionable política informativa de Taer Andalus y en esa estrategia de tratar de culpar a la empresa estatal de la mala gestión propia.

Lamentablemente, éste es uno más de los proyectos que siguen sin cuajar en nuestra ciudad. Hay que mantener, sin embargo, la esperanza en que se le dé una solución al problema a corto plazo y, sobre todo, que esta experiencia no afecte en modo alguno a todo el proceso de renovación del aeropuerto de Córdoba.