En este placentero pueblo del norte de la provincia de Córdoba existen plazas, calles, callejas y rincones que merece la pena visitar, pasear por ellos, sentarte, conversar con alguien o simplemente pensar o leer la prensa. Es un lujo inalcanzable para muchos, sobre todo los domingos por la mañana, el poder sentarse en una de sus plazas para leer o simplemente estar, sin ruido alguno, sin el bullicio de los coches y sin la mísera contaminación. Lo único que se puede escuchar es el cantar de algunos pájaros y las campanadas, acompañadas de música religiosa sobre las doce de la mañana, que nos avisan del comienzo de la misa mayor.

Este deporte lo llevo practicando desde hace varios años y la verdad es que, creo, me ha sentado muy bien. Se debería instaurar como deporte municipal.

El domingo pasado, sentado en un banco de la plaza del Ayuntamiento, mirando a mi alrededor, ojeando las casas y el mobiliario urbano, me sorprendió poder comprobar que una de las calles más estrechas del pueblo era de doble sentido y que se podía circular con el coche en ambas direcciones. ¡Curiosidades de este peculiar y magnífico pueblo! Lo que no se vea en nuestros maravillosos pueblos no se ve en ningún otro lugar. Es una anécdota, lo de esta calle, digna de visitar y fotografiar. Simplemente por esto se debería mantener como está. Un abrazo a los viseños.

José Amor Antoli

Córdoba