Desde sus comienzos, para el Viejo Continente, las teorías calvinistas significaron una transformación en cuanto a valores se refiere, al igual que en algunos de sus ideales, acciones u otras formas de vida religiosa, social y cultural, que intentaron moldear la existencia comunitaria de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio. En sus inicios, la Iglesia Reformada marcó una profunda huella en el mundo, lo cual contribuyó sobremanera al nacimiento de la sociedad moderna. Digo esto porque hace pocos días supe de un hecho que viene a recomponer viejas heridas. Me refiero a que la minoría del cristianismo protestante en España va a recibir el espaldarazo por parte de la Casa Real, al confirmarse la presencia de los Príncipes de Asturias en el I Congreso Internacional sobre Reforma Protestante y Libertades en Europa, que en la primavera próxima tendrá lugar en Sevilla.

El referente temporal de la reunión científica será el centenario de Juan Calvino , ya que en el 2009 se cumplirán los 500 años del natalicio en Noyon de este gran reformador francés formado entre Orleáns, Bourges o Paris y estudiado en su día por José Luis López Aranguren desde una posición crítica, pero no por ello sin dejar de reconocer los alcances de su influencia en el cristianismo occidental, al fundar una religión mucho más practicable que la luterana. A mediados del siglo XVI, cuando el luteranismo parecía agotarse, aquel sacerdote residente en Ginebra introdujo una mayor actividad a la Reforma. Su camino fue preparado por Zwinglio , quien falleciera en su lucha contra los católicos. La meta ahora del congreso será recuperar la memoria de cuantos españoles vivieran aquella reforma, tan trágica al luchar muchos de ellos por la libertad aun a costa de su propia vida. A veces las proposiciones heréticas perseguidas por la Inquisición respondían a planteamientos ideológicos distintos, si bien en la mayoría de los casos, de la escuela luterana, y también de la de Calvino y otros.

Con la presencia de don Felipe y doña Leticia en la capital andaluza se saldará la deuda de la Casa Real por no haber participado hasta ahora en un acto del protestantismo español. El encuentro internacional tendrá lugar en la Universidad Hispalense y servirá para profundizar en las ideas que produjeron la Reforma Protestante y su importancia como bisagra necesaria en el desarrollo de las libertades individuales en Europa. Entre los ponentes, participará el viceprimer ministro de Holanda, André Rouvoet , así como una nutrida representación de investigadores de diversas universidades europeas y norteamericanas, quienes coordinados por el profesor Monjo a buen seguro que no solo hablarán acerca de Jean Cauvin , sino también de cómo sus teorías religiosas vinieron a legitimar el espíritu de empresa de la época. Tal vez le distinguiera su intolerancia religiosa hacia quienes no profesaron su misma fe y prueba de ello pudo ser la muerte de Miguel Servet . Más radical que el luteranismo, su doctrina se basó en la predestinación, según la cual Dios prefija nuestro destino desde el comienzo de los tiempos. Dios conoce de antemano y llama a quienes se salvarán. También predicó que las virtudes de la fe están muy por encima de las buenas obras y que los cristianos no necesitaban de los sacerdotes para la práctica de la religión. De igual modo, negaba los sacramentos, excepto el bautismo y la cena, cuyo significado es meramente simbólico.

Era una doctrina que se adaptaba por completo a la moral acomodaticia de la burguesía, por admitir el préstamo con interés, en contraste con católicos y luteranos, lo que ha permitido que desde Max Weber historiadores y sociólogos vieran en la ética calvinista el caldo de cultivo más propicio para configurar el desarrollo de la moderna economía capitalista. Calvino estableció en Ginebra una auténtica república religiosa entre los años 1541 y 1561, durante los que destacó como un gran humanista que profundizó en los estudios sobre la Biblia, destacando desde entonces en la vanguardia del protestantismo no solo como pensador, sino también como el gran predicador que impusiera una moral estricta al creer en la autoridad de Dios sobre todas las cosas. En Ginebra, con la Iglesia Reformada y el órgano político religiosa del Consistorio, propondría la mejora de la vida de gran parte de sus habitantes, ayudando a pobres y enfermos de la ciudad o bien contribuyendo a que en la población se hicieran numerosas obras civiles. Compuso un influyente catecismo, cientos de cartas en lengua vernácula para sus compañeros de fe y un sinfín de comentarios acerca de los diferentes libros que componen la Biblia, siendo a mi parecer la obra más conocida sus Instituciones de la religión cristiana (1536). Se compilaron sus sermones y escritos varios que se difundieron con rapidez por Alemania occidental, Escocia, Países Bajos y Francia, lugares estos últimos donde se suscitarían unas largas guerras de religión. Tras su muerte, en 1564, se le enterró de forma anónima.

* Catedrático