Ella tiene que conducir y yo una etapa de más de 80 kilómetros, pero el vermú es innegociable en nuestra despedida. Baja la ventanilla y aún permanezco estático, montado en la bicicleta, observando cómo el coche de Ana se pierde por esa calle de Toro.

¿De verdad estás pedaleando ahora?, se queja mi cuerpo. No sé por dónde estoy yendo, me noto flojo, se me repite el vermú y tengo resaca mental; no es exceso de alcohol, sino de recuerdos. ¿Cuánto tardará en desvanecerse este encuentro tan intenso ? Me da miedo. ¿Y si no me sobrepongo? ¿Y si reniego del viaje?

Paro en Castronuevo de los Arcos a por agua, ojeo La Gaceta de Zamora en la barra, y pienso que la dueña tiene una buena foto, pero no se la hago.

Desisto. Día a la basura. Son las nueve y media. ¿Hay un bar por aquí? Está cerrado. ¿Agua? Un caño al final del pueblo. Prado, 40 habitantes, mucho viento. Toño me acompaña a un merendero. Cada vez más viento. Mientras acumulo los preparativos de la cena debajo de un árbol, ya anocheciendo, siento algo de tristeza y, de repente, me apetece estar acompañado. Apenas tengo hambre. Me ducho en el caño y no me importa que el agua esté helada; va a ser una noche dura. Pienso en lo a gusto que estaba ayer con Ana. Saco algo de tomate y una lata de atún.

Charo y Toño en su casa de Prado (Zamora). JOSÉ JUAN LUQUE

A los treinta minutos aparece de nuevo Toño. Mi mujer te está preparando una tortilla. ¿Quieres venir a casa? No solo tortilla: aguacate, tomate, aceitunas negras, nueces, cerezas y yogurt.

Me escribe Ana. Si cierras los ojos y piensas en el colchón, puede funcionar. Supongo que te has quedado sin batería, como hoy no tienes mesilla… ¡Un abrazo!

Mientras leo el mensaje, Charo me asalta. ¿Te quieres quedar a dormir? La cama, de matrimonio, está en la planta de arriba y junto a ella hay un pequeño flexo que enciendo para leer, pero apenas completo dos páginas del libro porque estoy agotado. Me cubro con una fina sábana azul y dejo la ventana abierta. A las tres, me despierto y la cierro. Por la mañana oigo el ruido de la cafetera. No sé qué hora es. Charo echa aceite en una sartén. Saco la cámara de fotos; se escucha música clásica.