Mientras muchas escuelas de ingeniería del ámbito industrial en España han sufrido importantes mermas de solicitudes de alumnos de nuevo ingreso, la Escuela Politécnica Superior de Córdoba (EPSC), no solo se ha mantenido, sino que incluso ha incrementado la matriculación en el Grado de Ingeniería Eléctrica o en el Máster de Ingeniería Industrial.

La Escuela acaba de estrenar un nuevo reglamento orgánico que «ahora está en sintonía con los actuales estatutos de la UCO y otras normativas de aplicación», dice su director, Juan Luna, quien explica que, «tras casi un año de trabajo, la comisión de reglamento del centro ha conseguido no solo una actualización completa de nuestra principal norma de funcionamiento, sino una organización más ágil y eficiente de las comisiones delegadas dependientes de la junta de escuela y de los órganos unipersonales dependientes de la dirección».

Para Luna, «la marcha del curso actual, dadas las circunstancias, creo que discurre más que aceptablemente, aunque las incertidumbres, los cambios de escenarios y de medidas preventivas dictadas por los gobiernos autonómico y nacional, nos están poniendo a prueba diariamente en la gestión académica de nuestros títulos».

De hecho, Luna, que destaca la «magnífica» predisposición del profesorado, el personal de administración y servicios y el alumnado, reconoce que «la incertidumbre es siempre lo peor y, por tanto, lo que más nos preocupa, porque no nos permite planificar a medio/largo plazo, lo cual conlleva importantes implicaciones para la vida académica, personal y familiar de nuestros estudiantes y de nuestro personal».

Por el momento, el equipo directivo se ha propuesto mantener las actividades habituales, pero realizadas de forma virtual. Entre ellas, ya se está trabajando en una ceremonia de graduación on line.

Prácticas /

La incertidumbre afecta especialmente a cuestiones como las prácticas externas del alumnado que, en el caso de la EPSC, no son obligatorias -son convalidables por créditos optativos-. «El parón que supuso el estado de alarma, de marzo a mayo, ha sido perfectamente contrarrestado con las medidas dictadas por el Rectorado de la UCO, entre las que cabe destacar la prórroga del plazo de realización de las mismas hasta diciembre de este año, con la matrícula del curso pasado. Desde comienzo de curso, en septiembre pasado, prácticamente ya se han eliminado todas las restricciones relativas a la presencialidad de nuestros estudiantes en las empresas donde realizan sus prácticas externas, por lo que está garantizado el desarrollo normal de las mismas», comenta Luna.

Movilidad /

La movilidad internacional de la escuela se ha visto afectada por la pandemia. De los 46 alumnos que tenían plaza, 17 han renunciado a ella o han cambiado su estancia al segundo cuatrimestre. «Los motivos principales han sido por la preocupación de la situación sanitaria o por el cambio de metodología docente (un cambio al 100% docencia on line) en el destino. Respeto a los alumnos entrantes, hemos visto la misma tendencia, pues todos los alumnos que teníamos prevista su incorporación a la EPSC como destino en el primer cuatrimestre, lo han cambiado al segundo», subraya Luna.

En cuanto a la movilidad nacional, sin embargo, «no se ha visto afectada mucho, ya que tenemos casi el mismo número de alumnos entrantes/salientes que el curso pasado».

No obstante, como señal positiva, en la nueva convocatoria de Erasmus+ para el curso 2021/22, cuyo plazo de solicitud acaba de terminar, han recibido 64 solicitudes. «Esto indica que los alumnos confían que la situación se va a mejorar y que pronto podemos volver a una movilidad internacional normal», resalta.

Enseñanza virtual con garantías

El uso de las nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza no presencial es la nueva «compañera» de trabajo» y eso lo tiene claro el director de la EPSC, quien señala que, en su caso, «las clases on line, quizá como consecuencia de ser un centro de carácter eminentemente tecnológico y acostumbrados a estar al día en las nuevas tecnologías en general».

Luna está convencido de que «en todas las crisis subyacen nuevas oportunidades; lo más difícil es identificarlas. Esta crisis sanitaria no es diferente en este sentido y, a pesar de los grandes retos que nos pone por delante en cuanto a la adaptación metodológica y la gestión académica, también nos brinda la oportunidad de culminar la tan necesaria inmersión en la era digital, de la que hasta ahora sólo habíamos explorado la parte más superficial, y sacar así todo el partido a las nuevas tecnologías con un cambio más radical en el paradigma del proceso de enseñanza-aprendizaje, así como con una nueva visión del alcance de nuestro trabajo».

Las prácticas de laboratorio han sido, sin duda, la parte más complicada en la adaptación a los escenarios de docencia no presencial. No obstante, en el caso de la EPSC, las clases prácticas de la mayoría de las asignaturas ya hacían uso de las nuevas tecnologías, lo cual ha permitido reducir considerablemente el número de horas presenciales en los laboratorios a las estrictamente necesarias, bien por la naturaleza de las prácticas o por el equipamiento necesario para la adquisición de las competencias correspondientes.