Con la finalidad de disponer de un espacio para la realización de prácticas del alumnado no ajustadas al contexto organizado de los centros educativos, hace diez años nacía en la Facultad de Ciencias de la Educación el Aula Experimental de Educación Infantil, más conocida como La Casita. El balance es excelente. «Ha supuesto un reto constante, tanto para el alumnado universitario como para el profesorado, posible gracias a las maestras de los centros escolares de infantil», asegura la coordinadora del proyecto de innovación de la Facultad de Ciencias de la Educación, Ana Belén Cañizares, quien afirma que «para los estudiantes es una oportunidad de poner en práctica los aspectos teóricos de las asignaturas».

La iniciativa desarrollada en el contexto de los Proyectos de innovación y buenas prácticas educativas se ha ido incrementando, tanto que la Agencia de Evaluación, en su informe final para la renovación de la acreditación de título de graduado en Educación Infantil (2017), califica a La Casita de «proyecto destacado, como un valor añadido a la formación, que ha enriquecido notablemente la potencialidad del título para desarrollar las competencias profesionales de los estudiantes».

MÁS DE 7.500 NIÑOS / Durante estos diez años han participado en La Casita 7.548 niños y niñas de 125 centros educativos y 4.105 estudiantes de Infantil han aplicado el conocimiento en este espacio educativo y social con el que «queremos aportarles la posibilidad de analizar su participación y evolución personal, su posicionamiento ante retos similares. Estamos invitando a que elija un itinerario formativo acorde con sus necesidades personales y contribuimos a la formación inicial de un maestro responsable y comprometido con su vocación profesional», dice Cañizares, quien también destaca que las 132 intervenciones han ayudado a crear un equipo docente en el que prima la coordinación y la colaboración de sus miembros. «Fueron estos los objetivos iniciales que se marcaron al propiciar, en este nuevo escenario, la investigación y la interacción, con 286 maestras y maestros de Educación Infantil», apostilla.

Una de las grandes apuestas de futuro es implementar el uso de las nuevas tecnologías «para poder registrar lo que hacemos y cómo lo hacemos, para desarrollar la habilidad para observar e interpretar las sesiones de clase, como mejora de la actuación del docente», concluye Cañizares.H