El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía (ATA-A), Rafael Amor, afirma que «ya advertimos de que no iba a funcionar y, de hecho, no ha funcionado», al ser preguntado por la efectividad de la ley de Segunda Oportunidad en este colectivo. De este modo, indica que no conoce a ningún profesional que se haya podido acoger a este mecanismo que permite renegociar las deudas, liberarse de una parte de las mismas o crear un plan de pagos aplazado para facilitar el cumplimiento.

Amor aclara que «la gran mayoría de los que fracasan» tienen deudas aplazadas con la Seguridad Social o con Hacienda, porque «nadie se queda a cero». Sin embargo, los limitados plazos que estas ofrecen para saldar lo pendiente (18 meses en el caso de Hacienda, según indica, y un tiempo similar en el de la Seguridad Social) dificultan la posibilidad de que el autónomo pueda atender estas exigencias y otras que son motivadas, por ejemplo, por el despido de trabajadores o la necesidad de pagar a los proveedores y el alquiler.

Amor señala que solo con retrasarse unos días en el pago con Hacienda, el autónomo ya no tiene posibilidad de volver a negociar, a pesar de que «lo suyo sería cobrar un recargo». En esta línea, apunta que «una vez que entra en vía ejecutiva de embargo, ya no se puede acoger a la Segunda Oportunidad», por lo que entiende que «esta ley, en la práctica, no está ayudando y hay que mejorarla». También opina que «hace falta más flexibilidad en Hacienda y en la Seguridad Social».

El presidente de ATA Andalucía avanza que a nivel político «existe el compromiso de hacer reformas» tanto en esta normativa como en otras cuestiones que afectan a los autónomos, como la prestación por desempleo que perciben.