Córdoba vivió ayer una tarde de las grandes, de las que gustan, de las que ilusionan a grandes y pequeños. Después de que el pasado año la cabalgata de Reyes adelantara su salida y acortara su recorrido por la constante amenaza de lluvia, el buen tiempo quiso unirse ayer a la fiesta y un cielo raso acompañó al cortejo de Sus Majestades de Oriente durante su recorrido por las calles de la ciudad. Millares de cordobeses se echaron a la calle para disfrutar del paso de las carrozas y abarrotaron cada uno de los puntos del recorrido. Melchor, Gaspar y Baltasar respondieron a las expectativas de una ciudad que estaban «muy contentos» de visitar, según afirmaron a este diario momentos antes de montarse en sus respectivas carrozas. Señalaron que lo que más les gusta «es ver las caras de ilusión de los niños», a quienes pidieron que «no pierdan nunca esa magia, esa capacidad de soñar».

Desde las cuatro de la tarde ya se notaba el ambiente en el entorno del recinto ferial, donde a las 16.45 llegaron sus Majestades escoltados por la Policía. Hasta allí se acercaron para saludarles la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, y la delegada de Promoción de la Ciudad, Carmen González, quienes charlaron con los Reyes Magos momentos antes de dar comienzo la cabalgata. Tanto Melchor como Gaspar y Baltasar les transmitieron un sentimiento de solidaridad, el mismo que quisieron lanzar para que «inundara el corazón de todos los niños y sus familias». Ese sentimiento quedaba a la vista de cualquiera solo con el paso de la carroza de Gaspar, con un gran parecido a Manuel Romero, el artista flamenco cordobés con síndrome de Down que se ha convertido en todo un símbolo de superación. María del Carmen Barrios, la mujer de 65 años cuyo nombre salió del sorteo que organiza el Ayuntamiento, dejó su impronta en Melchor, mientras que Baltasar se vio muy identificado con Guadalupe Casares, cuyo nombre se conoció también en un sorteo, en este caso realizado por las peñas.

A las cinco en punto de la tarde un cohete al aire anunció el inicio del recorrido de la cabalgata desde la plaza de Santa Teresa, si bien ya desde el puente de El Arenal se congregaban miles de personas para ver las carrozas, trece en esta ocasión. Cinco de ellas eran de motivos y temáticas infantiles, otra era del Reina Sofía y en ella participaban niños dados de alta de la Unidad de Oncología y una séptima de los bomberos. Integraba también el cortejo una carroza con la representación del Nacimiento que daba entrada a Sus Majestades de Oriente y a sus pajes y carteros reales. Entre todas, resaltaban las carrozas de estos últimos, con una gran figura de un camello que las hacía especialmente llamativas.

Además de todas ellas, el cortejo estuvo integrado por cabezudos, zancudos, pasacalles de disfraces y un grupo con música, todo ello acompañado por la escolta a caballo y los carteros que portaban las miles de misivas que los pequeños han hecho llegar a los Reyes Magos y en las que se reflejan cada uno de los regalos que tanto desean. Melchor, Gaspar y Baltasar avisaron: «Venimos cargados de todas las cosas que los niños cordobeses nos han pedido».

El recorrido de cuatro horas y media se cumplió en tiempo y sin incidencias, salvo una pequeña avería en la carroza de Melchor que se solventó sobre la marcha. Desde la plaza de Santa Teresa se desplazaron por la avenida de Cádiz, el puente de San Rafael, la avenida del Corregidor y la avenida del Conde de Vallellano, para llegar al Paseo de La Victoria y enfilar Ronda de Los Tejares. Desde ahí, Melchor, Gaspar y Baltasar se dejaron ver por la plaza de Colón, la avenida de Los Molinos y la avenida de Las Ollerías, hasta llegar a Agrupación Córdoba, donde finalizaron su desfile. El Ayuntamiento acotó una zona a la altura de la Puerta de Sevilla para que pudieran disfrutar del evento aquellas personas con algún tipo de discapacidad o con problemas de movilidad.

Los Reyes Magos llevaban en su séquito a unas 400 personas, entre ellas 140 adultos en carrozas y pasacalles y 240 niños figurantes. Además, para que la cabalgata pudiera desarrollarse con normalidad se contó con la participación de otras 300 personas coordinadas por el Consistorio y la Federación de Peñas, entidad que desde hace tres décadas colabora en la organización de la misma. El número de figurantes se ha reducido ligeramente este año en consonancia con el menor tamaño en general de las bateas de las carrozas, algo que no pasó desapercibido para muchos de los ciudadanos que se agolpaban para ver la cabalgata. Algunos de ellos coincidían en apuntar que este año «son menos espectaculares» que en ediciones anteriores.

Desde primera hora de la tarde se procedió a cortar la circulación en determinadas vías afectadas por el paso del cortejo real y se establecieron itinerarios alternativos, afectando principalmente al puente de El Arenal, la avenida Campo de la Verdad y el puente de Miraflores. En función de la asistencia de público se fueron cortando progresivamente los accesos a todo el recorrido. La cabalgata ha contado también con un plan de emergencia con medidas como la realización de una prueba de detección alcohólica a los conductores de las carrozas o el vallado flexible para impedir que los pequeños se acercaran a las mismas. Una vez finalizado el cortejo, los Reyes se despidieron de todos los presentes y recordaron a los niños que debían acostarse pronto para que ellos pudieran entrar en sus casas a dejarles los regalos. Hoy es 6 de enero, marcado en el calendario como el día de la ilusión. Que no se pierda el resto del año.