«Necesitamos eliminar a los empresarios», soltó el líder de Ciudadanos, Juan Marín, para a continuación rectificar, porque no era eso, evidentemente, lo que quería decir. Quizá era «eliminar trabas», o simplemente «apoyar» a los empresarios, pero así le salió la frase y, en la réplica, Susana Díaz le echó un poquito de guasa al lapsus.

El debate entre ambos se desarrolló con la armonía de una danza: se dijeron cosas, pero suavecito. Y Díaz aludió al «inmenso aprecio» que siente por el adversario político que le está permitiendo gobernar en Andalucía.