El valor y el número de gafas de sol sustraídas constituyen la clave del juicio contra tres de los cinco miembros de La Manada juzgados ayer en San Sebastián, quienes reconocieron haberse llevado tres artículos de una óptica donostiarra dos días antes de violar a una joven en los Sanfermines de Pamplona del 2016.

La cantidad y el precio de estos productos: tres gafas que rondarían los 300 euros, según la defensa, y cinco valoradas en 865 euros en opinión de la Fiscalía, no resulta baladí porque la ley recoge que, en caso de superar los 400 euros, la sustracción constituye un delito de hurto, pero si es inferior se trataría de un delito leve. Con estas claves, la Fiscalía mantuvo ayer su petición de nueve meses de reclusión para José Ángel Prenda y Ángel Boza, y de seis para Antonio Manuel Guerrero, al aplicar a este último la atenuante de reparación del daño causado, ya que reintegró uno de los artículos sustraídos. Por su parte, la defensa demandó para cada uno de ellos una multa de 75 euros por un delito leve de hurto, con la atenuante de reparación del daño causado, porque, según afirmó, todos han compensado ya la sustracción de las gafas.