El cincuentenario del inicio del primer viaje tripulado a la Luna fue conmemorado este martes en Estados Unidos con distintas actividades y homenajes a sus protagonistas, uno de los cuales, Michael Collins, instó a no quedarse en el recuerdo y acometer la conquista de Marte. «No quiero volver a la Luna. Quiero ir a Marte. (John F.) Kennedy nos mostró el camino», subrayó Collins, de 88 años, el martes pasado.

Collins fue la estrella de las celebraciones en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), desde donde el 16 de julio de 1969, a las 9.32 horas locales, despegó el cohete Saturno V que transportaba la nave con los tres astronautas que llegaron a la Luna el 20 de julio. El astronauta retirado planteó hacia dónde dirigir ahora los esfuerzos espaciales y afirmó que sin dudarlo «propondría ir directamente a Marte», el planeta rojo, que ya está en los planes de la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos.

Con ayuda de los cientos de miles de personas que trabajaron en el programa Apolo de la NASA, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins hicieron realidad la llegada del hombre a la Luna antes de que finalizara la década de los años 60, una meta que el presidente John F. Kennedy había fijado en un famoso discurso en 1961. El nombre de Kennedy resonó esta semana tanto en Cabo Cañaveral como en el Museo Nacional del Aire y el Espacio, en Washington, donde el presidente Mike Pence asistió a un acto en el que se presentó el traje espacial de Armstrong, el comandante de la misión Apolo 11, que ha sido restaurado con motivo del cincuentenario.

Collins propuso usar el nombre de Kennedy en el primer viaje tripulado a Marte, mientras el republicano Pence citó la famosa frase del asesinado presidente sobre la conquista de la Luna: «La aventura más azarosa, peligrosa y grande en la que la humanidad se haya embarcado».

LA MISIÓN

La misión espacial que llevó a que un hombre pisase por primera vez la Luna comenzó el 16 de julio de 1969 y duró 195 horas, 18 minutos y 35 segundos.

El 16 de julio, a las 9.32 horas, siguiendo el horario previsto, despegó la nave espacial desde la plataforma de lanzamiento LC-39A del Centro Kennedy. A penas 3 minutos más tarde. el cohete se encontraba a una altura de 37 millas náuticas (68 533 metros) y viaja a 9300 pies por segundo o alrededor de 6340 millas por hora (10 203 km/h). Armstrong confirmó que los motores de la primera etapa del despegue y la torre de escape de emergencia se desprendían con éxito de la nave.

A las 9:44 horas de ese día, el Apolo 11 ingresó a una órbita terrestre de 103 millas náuticas de altura (190 781 metros). Los astronautas y el equipo del centro de control terrestre en Houston (Texas) revisaron la nave y la trayectoria. El motor de la tercera etapa impulsaba al Apolo 11 desde su órbita a mitad de camino de su segundo giro alrededor de la Tierra hacia la Luna a una velocidad inicial de 24 200 millas por hora (38 946 km/h). Mientras avanzaban por el espacio, el módulo Eagle (Águila) surgió del interior de la nave después de que los astronautas separasen los cuatro paneles que conformaban el cohete y continuaron ya solos hacia la Luna.

Al día siguiente, segundo de la misión, desde la sala de control hicieron un resumen de las noticias, incluyendo las deportivas, a los astronautas, a los que informaron de que el vicepresidente de EEUU, Spiro Agnew, había puesto el objetivo de poner a un hombre en Marte en el año 2000. No se ha cumplido.

Sobre las 12.17, los astronautas hicieron una corrección de medio curso con la que además probaron el motor que debía ingresar y salir de la órbita lunar. Sobre las 19.31, Armstrong, Aldrin y Collins realizaron la primera transmisión en color desde una nave espacial, en la que mostraron la Tierra desde unas 128 000 millas náuticas (237 088 km) de distancia.

Dos días antes del alunizaje, el 18 de julio, la velocidad de la nave espacial se redujo a 2,990 pies por segundo (911,9 m/s) justo antes de ingresar a la esfera de influencia de la Luna en un punto a 33 823 millas náuticas (62 648 km) de distancia.

Veinticuatro horas antes del momento histórico, el día 19 de julio, la nave espacial pasó completamente por detrás de la Luna y por primera vez dejó de estar en contacto con la Tierra por radio. El cohete principal de la nave se encendió para reducir su velocidad para que pudiese ser capturado por la gravedad lunar.

AQUEL 20 DE JULIO

A las 9:27 horas del 20 julio, Aldrin entró al módulo lunar Eagle (Águila) y comenzó a ponerlo en marcha. Aproximadamente una hora después, Armstrong se unió a él y juntos revisaron los sistemas y desplegaron el tren de aterrizaje. Sobre las 13:46, el Eagle se separó de la nave principal, en la que Collins continuaba orbitando la Luna. Un cuarto de hora después, Armstrong aceleró el motor para reducir la velocidad del modulo lunar antes de posarse sobre la superficie lunar. El sitio al que se acercaron estaba a cuatro millas del punto objetivo, en el borde suroeste del llamado Mar de la Tranquilidad. A 16:18, la nave se asentó sobre la superficie lunar.

Un momento histórico: a las 22:56 horas, Armstrong puso su pie izquierdo en la Luna. «Ese es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad», dijo por radio mientras Aldrin toma fotografías desde el interior de la nave espacial.

Armstrong examinó el entorno y probó la fuerza de la gravedad en la Luna, una sexta parte de la existente en la Tierra. A las 23:11 horas, Aldrin salió del modulo y bajó por la escalerilla, mientras su compañero lo fotografiaba. Comenzaron a hacer los tres experimentos programados, incluido tomar partículas de viento solar. El momento de la foto icónica llegó a las 23.41 horas. Los astronautas tomaron una bandera de Estados Unidos y la plantaron sobre la superficie lunar.

EL REGRESO

El día 21 de julio, a las 00:54 horas, Aldrin comenzó a subir la escalera para regresar al Eagle y 15 minutos más tarde se le unió Armstrong. A media mañana, el motor de ascenso arrancó y el módulo lunar comenzó a ascender y alcanzó una velocidad vertical de 80 pies por segundo (24 m/s) a 1000 pies (305 m) de altitud. Los astronautas dejaron detrás varios artículos para reducir el peso de la nave de 15 897 libras (7217 kilogramos) cuando aterrizó en la Luna a 10 821 (4912 kg). A las 17:35, el Eagle se acopló dentro de la nave principal mientras estaba orbita por la parte posterior de la Luna.

El 22 de julio, a las 13:39, la nave espacial pasó el punto en el espacio, a 33 800 millas náuticas (62 606 km) de la Luna y 174000 (322 291 km) de la Tierra, donde la gravedad terrestre comienza a atraer a los astronautas. Sobre las 16:02 horas se realizó una corrección de medio curso para reajustar la trayectoria de vuelo de la nave espacial.

El 23 de julio, a las 15:56 horas, la nave espacial alcanzó la mitad del camino de regreso a la Tierra, a 101 000 millas náuticas (187 077 km). Fue el 24 de julio, a eso de las 12:35 horas, cuando el módulo entró en la atmósfera de la Tierra. A las 12:51, la nave espacial amerizó sin problemas a 825 millas náuticas (1528 km) al suroeste de Honolulu (EE.UU), en el océano Pacífico.

Todo el mundo cree que los astronautas van a la Luna. Sin embargo, en cincuenta años, solo doce han dejado sus huellas allí. Los hay que han estado cerca, mucho más cerca que cualquiera de nosotros, flotando en el espacio y sabiendo que estaban haciendo algo único.

Uno de esos privilegiados es el español Pedro Duque. «La nueva aventura lunar será una etapa imprescindible para apuntar al próximo destino, Marte, pero antes de pensar en él habrá que tener sistemas fiables, todo un desarrollo tecnológico que ya se ha hecho parcialmente en la Estación Espacial», explica Duque. Palabra de ministro.