El problema de las úlceras por presión es importante no sólo por sus factores causantes, sino también porque se ha constatado su influencia como agravante de otros procesos, aumentando la mortalidad y morbilidad, empeorando la calidad de vida, prolongando el tiempo de hospitalización de los enfermos y aumentando los costos de salud. Y sobre todo es un problema importante porque la prevención es altamente eficaz. Se entiende por "úlcera" una solución de continuidad con pérdida de sustancia de cualquier superficie epitelial (cutánea o mucosa) del organismo, que tiene escasa tendencia a curar de forma espontánea y con facilidad se extiende en superficie y profundidad.

Las úlceras por presión o escarasas úlceras por presión o escaras son heridas que aparecen en la piel que cubre las prominencias óseas al soportar una presión externa, debidas a una presión continuada sobre estas prominencias que interfiere con la buena circulación sanguínea y nutrición de los tejidos, evolucionando hacia la necrosis y ulceración de los mismos. También puede ser debida a una presión interna, por extrema delgadez de la piel y sean las prominencias y relieves óseos los que motiven la solución de continuidad.

Etiología: el problema aparece en pacientes que soportan presión continua de las prominencias óseas (sacro, isquion, trocánteres mayores, maléolos, talones, etc.. dependiendo de la posición del enfermo) sobre planos duros. La intensidad y duración de la presión ejercida son los factores desencadenantes principales, pero existe además otra serie de factores que favorecen la aparición del problema y que es útil conocer desde el punto de vista de la prevención, los cuidados del paciente mientras está inmovilizado y el tratamiento cuando el problema se ha presentado.

FACTORES EXTERNOS

Duración de la presión: La microcirculación se ocluye con facilidad con presiones leves. Por ello, a la hora de producir lesión, tiene más importancia la duración de la presión que su intensidad: es menos perjudicial una presión importante de corta duración, que presiones leves mantenidas en el tiempo.

Posición o postura inadecuada: El grado de presión sobre las prominencias óseas se modifica fácilmente con la posición. La presión sobre las tuberosidades del isquion es mayor al permanecer sentado con los pies sostenidos que cuando estos cuelgan libres, pues en esta última el peso se distribuye a lo largo de toda la cara posterior de los muslos. La presión sobre la zona sacra y las fuerzas de desgarramiento sobre los tejidos de esta zona son mayores cuanto mayor es la elevación de la cabecera de la cama.

Vestidos y ropas de cama: Las ropas rasposas y arrugadas contribuyen a concentrar la presión en ciertas zonas. La posibilidad de que las ropas se arruguen es mayor a mayor número de capas. Los cuerpos extraños y partículas entre la ropa son igualmente perjudiciales.

Humedad: La humedad contribuye a la maceración de la piel, más cuando proviene de líquidos irritantes como el sudor, la orina o las heces. Es primordial una adecuada higiene para la prevención y tratamiento de las úlceras por presión.

MEDIDAS PREVENTIVAS SOLUCIONES

Todos los pacientes que van a estar inmovilizados durante algún tiempo deben recibir una serie de cuidados cuyo objetivo principal es evitar la aparición y progresión de las úlceras por presión. Para lo que proponemos algunas soluciones:cojín antiescaras de material viscoelástico.

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