La pregunta es ¿quién es el responsable de haber colocado esas pantallas en el recorrido de la carrera oficial? ¡Da igual!, el daño ya está hecho... para los cordobeses tanto como para los turistas que han venido, por la penosa imagen que se llevan de Córdoba. Han sido varias las personas a las que oí comentar, quejándose del estropicio cometido contra el pueblo: «¿pero qué es esto? ¿por qué nos prohíben la visión si estamos en la calle? ¿estoy forzado al alquiler de silla? O sea, que en Córdoba la Semana Santa es de pago». Creo que llevan mucha razón a la que me sumo como cordobés, porque quien viene de fuera es lógico que se dirija a los alrededores de la Mezquita--Catedral... y se encuentra con ese abuso y apropiación de la libertad de visión en la calle.

Señora delegada del Gobierno, como responsable de la seguridad: ¿Cómo ha consentido usted semejante abuso? Independientemente de lo que piensen los organizadores --no por eso han recaudado más--, a la hora de repartir entre cofradías el problema económico es el mismo, porque todos sabemos lo que vale poner un paso en la calle, y como dice el refrán, «ningún perro lamiendo engorda». Y de cara al exterior, Córdoba en su Semana Santa ha dado una imagen penosa, individualista y de cultura/costumbre elitista, propiedad de unos pocos que pagan. ¿Tanto cuesta comprender que la Semana Santa existe por las cofradías de barrio y ese pueblo también quiere ver a su cofradía desfilar por esas calles?