Menos mal que ya no les da tiempo a los del Carnaval gaditano de rehacer las letras. Si no, me temo que el presidente de Asfaco (patronal de las grandes empresas), Miguel Ángel Tamarit, hubiera sido carne de chirigota. ¿A quién se le ocurre decir en una rueda de prensa que los de Cádiz son más bien vagos y que le han contado anécdotas de trabajadores de Astilleros con el mono puesto yendo de pesca? Ay. Tamarit, un hombre cortés, conocedor del mundo y empresario bien situado, acaba de colarse a sí mismo un gol al caer en eso en lo que muchos antes que él han caído: hablar coloquialmente en un encuentro formal con periodistas, soltar un chascarrillo y seguramente quedarse helado al verlo después en titulares. El presidente de Asfaco ha venido a contraprogramarse a sí mismo la presentación de un interesante estudio, realizado por Bottom Consultores, en el que se analiza la posición de las pymes cordobesas en innovación. Habrá que ver qué cara innovadora se les quedó al director de Bottom, Leo Cabrera, y a la diputada provincial Ana Carrillo, que lo acompañaban en la presentación. Un desastre por, como decimos en Córdoba, un pego (aunque inadmisible). Ya han contestado el alcalde de Cádiz, la presidenta de la Diputación, la Confederación de Empresarios (esto es lo más delicado), los sindicatos... Tardó ayer el señor Tamarit en pedir disculpas mientras Twitter se lo comía vivo.