Se ha iniciado el Proyecto Ciudad. El martes pasado recordaba a Tibo Krovic, el personaje de la novela de Andrew Nicoll El buen alcalde, honesto y amable alcalde DE la ciudad báltica de Dot, atento y preocupado a las necesidades de su conciudadanos que se ha ganado ese significado apelativo. Realmente la expectación de la primera comparecencia pública a la sociedad cordobesa en general, tras la toma de posesión del nuevo alcalde era grande. No sorprendió la presentación intimista de un perfil público que lleva dos décadas con diversas responsabilidades. Ni tampoco el tono cercano y relajado de nuestro primer edil en el magnífico entorno del Palacio de Congresos. Lo esperado eran los ejes de trabajo, las prioridades que concentran la atención del gobierno municipal tras semanas de gestión real.

La primera de ellas es la eficiencia, ¡caramba!. Nada menos. Consustancial a cualquier empresa y si se trata de lo público, la obligación se multiplica por el impacto que produce en los ciudadanos por la gestión del dinero y los intereses de todos. Aunque nos parece que esta se presume, resulta que no ha sido así, y al ciudadano de a pie se le rasgan las vestiduras cuando nos dicen que millones de euros están a punto de perderse por falta de gestión y de proyectos, que el presupuesto de la Corporación no se ejecuta, que hay facturas sin pagar en los cajones y que hay más de 3.000 licencias pendientes de resolución en la Gerencia Municipal de Urbanismo, acumulando un retraso histórico que tapona el crecimiento económico y de empleo de la ciudad, ya denunciado por todos los colegios profesionales. Bochornoso para un ente público que, en lugar del motor de dinamización y crecimiento que estuvo llamado a ser, resulta un cáncer para la sociedad cordobesa que hay que estirpar de manera urgente. El alcalde anunció medidas y un plan de choque donde ha sobrado ideología y faltado gerencia.

La segunda línea de trabajo es la bajada de impuestos. Dejar a los ciudadanos que gestionen su propio dinero, siempre que ello no sea en detrimento de los servicios públicos. Una mayor actividad económica genera más riqueza e ingresos con los que compensar dicha bajada fiscal. La tercera línea estratégica es una sociedad inclusiva, que integre a barrios periféricos y colectivos en riesgo de exclusión. No se han hecho bien las cosas cuando tres de nuestros barrios lideran el ranking nacional de pobreza. Eso explica el cambio tradicional del voto en las últimas elecciones municipales de zonas que se han visto postergadas. No podemos crecer unos a costa de otros, sino todos juntos.

Resaltó la primera autoridad de la ciudad cuestiones no menos importantes, como abrir la puerta del Ayuntamiento a todas las entidades y el respeto a la seguridad jurídica frente a decisiones revanchistas o lesivas de derechos que nada aportan al crecimiento de una sociedad moderna. O el sentirnos rehenes de la falta de inversiones de las grandes compañías, eléctricas por ejemplo, que condicionan nuestro futuro. Llama la atención la apuesta de José María Bellido de consensuar un plan estratégico de ciudad duradero en el tiempo, que cada uno aplique y complete con sus matices y prioridades en legislaturas venideras, pero que al final tenga una línea de meta común y un trazado compartido. Un plan estratégico que falta desde hace muchos años, indicó el alcalde. Sorprende que hayamos llegado a este punto dando bandazos como un barco a la deriva. Ahí están grandes proyectos de ciudad, tomados y abandonados a su suerte como el Centro de Congresos de Miraflores, Aeropuerto, etc. Ahora toca ponerlo en marcha con determinación y encontrar los apoyos que lo hagan posible. Esperemos que todos, gobierno y oposición, administraciones y agentes sociales, estemos a la altura de una ciudad que necesita recuperar la ilusión y el potencial que atesora. Me gustaría pensar que llegará el día que nuestros hijos podrán elegir su tierra para vivir y trabajar sin necesidad de marcharse, y que nosotros podamos verlo.

* Abogado y mediador