Dicen que el lucrativo y fraudulento negocio correspondiente al llamado proceso de secesión de la región catalana comenzó a fraguarse en 1980, paso a paso, desde el pertinaz nacionalismo ladinamente desleal e insolidario, finalmente radicalizado, y con la aquiescencia igualmente irresponsable y culpable de una parte no menor de la burguesía y empresas de cualificada consideración asentadas en esa comunidad autónoma que, parejas al clan político implicado, esperaban sacar sustanciosas tajadas, que era lo deseado, de inconstitucional evento.

Quienes se encontraban en la pomada, como la izquierda extrema, y los que conocían a voces los secretos de Estado estaban al tanto. Pues lo lamentablemente sucedido el 1 de octubre de 2017 fue caso anunciado. Los sordos, los pusilánimes, los desentendidos estaban en otro sitio. Los que se lucraban con la corrupción, tanto los de altos vuelos como los de rasante gallinácea, los tahúres, en ambas partes.

Alguien que podía hablar de lo sobrenatural como de lo humano, aparentemente escudado en su impunidad, asediado entonces por tirios y troyanos anunció, en sede regional parlamentaria, utilizando la metáfora de la poda arbórea, lo que podía acontecer si se continuaba con la deriva; y que habiendo acudido para ser amonestado se convirtió, pues así se lo toleraron, en un hosco vituperador de los que le incordiaron. Y sin ser, que se sepa, aficionado a la ciencia ornitológica apuntó a los nidos y a los pájaros que se caerían si se zarandeaba el tronco del árbol, que ya tenía su raíz podrida. Era cuán vieja mano que presuntamente tensaba los hilos, mientras tejía la urdimbre la madre superiora del familiar convento.

El mensaje se entendió hasta por el más obtuso comodoro. No se había trabajado en vano: Con ciertos medios locales de comunicación envenenadores y subvencionados; las cohortes pretorianas, a la par a sueldo y en marcha, también encargadas de la propaganda y la intoxicación; un sector de la escuela y la universidad en pie y rentando con las tergiversaciones y mentiras, etc. Y de esos polvos estos lodos.

* Doctor Ingeniero Agrónomo. Licenciado en Derecho